¿Qué esperar de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU en Egipto?
En Sharm el-Sheikh, Egipto, comienza del 7 al 18 de noviembre, el evento anual más importante dedicado a la lucha contrala crisis climática.
Por: Roberto Barbiero y Paulo Lima.
Traducción: Mariano Figuera.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022, más comúnmente conocida como COP 27, es el evento anual más importante dedicado a combatir la crisis climática, inicia hoy 7 de noviembre y continuará hasta el 18 de noviembre en el bastión turístico egipcio de Sharm el-Sheikh.
Los miles de representantes de los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil se reunirán en un contexto mucho más difícil que el de la Conferencia de Glasgow del año pasado, debido a la tensión provocada por la guerra en curso en Ucrania y la creciente amenaza nuclear, así como por la crisis económica resultante debido a la escasez de suministro de energía, especialmente en Europa, mientras que las señales de emergencia climática y de calentamiento son cada vez más alarmantes en todo el mundo.
El verano que acaba de terminar fue el más caluroso jamás observado en Europa con valores excepcionalmente altos en el mes de octubre. Una falta prolongada de lluvia, que persiste desde principios de año, indica que, para Italia y, en particular, las regiones del norte, esta es la sequía más severa desde 1800. Los eventos de lluvia extrema afectan a diferentes partes del mundo, con consecuencias a menudo dramáticas, como en Pakistán, donde más de un tercio del país se vio afectado por inundaciones en los meses de verano.
Las dramáticas consecuencias también se observaron en los Alpes europeos, en particular, la excepcional pérdida de volumen de los glaciares puso de manifiesto la fragilidad de las montañas, por ejemplo, en el caso del derrumbe de parte del glaciar de la Marmolada con la consiguiente tragedia que golpeó los grupos de turistas.
Con estas difíciles premisas en la COP27, la comunidad internacional debe intentar hacer un cambio en la acción climática. La COP26 finalizó con el lanzamiento del Pacto de Glasgow, destacando la necesidad de que los países sean más ambiciosos en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y adopten medidas de adaptación al cambio climático para limitar sus impactos. La COP27 ahora tiene que dar una respuesta mucho más concreta.
Los compromisos voluntarios de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero asumidos por los distintos países y parcialmente actualizados de cara a la COP27, sin embargo, son del todo insuficientes para asegurar que no se superen los límites de aumento de temperatura establecidos en el Acuerdo Climático de París.
Las emisiones globales de gases de efecto invernadero en comparación con las proyecciones actuales deben reducirse en un 30 % y un 45 %, respectivamente, para mantener el calentamiento global entre 2 °C y 1,5 °C en relación distante a la era preindustrial. Las temperaturas medias globales ya han alcanzado el umbral de aumento de 1,1ºC y la comunidad científica pide urgentemente medidas porque el tiempo disponible es cada vez más reducido para limitar impactos cada vez más graves e irreversibles a nivel global.
En el centro de la agenda de trabajo en Sharm el-Sheikh está la fuerte demanda de los países africanos de prestar atención al tema de la adaptación y la necesidad de encontrar grandes recursos para apoyar a los países más pobres y más afectados por los impactos del cambio climático.
Las distintas entrevistas del presidente de la COP27, el canciller egipcio Sameh Shoukry, refuerzan la voluntad de dar voz a las demandas del continente africano con el objetivo prioritario de aumentar la financiación de las políticas de adaptación y de transferencia de tecnologías necesarias para garantizar la transición energética .
Un tema espinoso también será el de los nuevos instrumentos financieros exigidos a los países occidentales para asumir los costes de compensación en beneficio de los países más debilitados por lo que se denomina “Pérdidas y daños”, provocados por fenómenos como la subida del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos. .
El controvertido “mercado de carbono”
La COP27 también tendrá la misión de acordar los elementos necesarios para hacer plenamente operativo el controvertido artículo 6 del Acuerdo de París -que prevé la posibilidad de cooperación entre países a través de instrumentos de mercado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sin que esto, contradiga los objetivos de sostenibilidad socioambiental.
Esto significa que las formas de gestión de estos instrumentos de mercado serán objeto de discusiones y decisiones, particularmente en el contexto de negociaciones país por país en las que se involucren actores públicos y privados a través del financiamiento de proyectos para promover acciones de mitigación y adaptación a los cambios climáticos. La creación de reglas claras y transparentes para el funcionamiento de estos mercados es fundamental para combatir el greenwashing y garantizar el respeto, en particular, de los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales que deben poder participar activamente en la gestión de los recursos en el mercado de carbono.
Este tema es de particular interés para Brasil, que aún puede ser visto como un protagonista de la acción climática en el escenario internacional con la llegada del gobierno de Lula. La falta de atención del gobierno de Bolsonaro a la protección del medio ambiente y el patrimonio del ecosistema amazónico, afectado por una alta tasa de deforestación, dificultó la atracción de proyectos comprometidos con resultados positivos en beneficio de las comunidades locales.
El desafío presentado en la COP27 es, por tanto, una vez más exigente. La sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales, acompañadas del apoyo científico, no dejarán de hacer oír su voz para que las delegaciones nacionales trabajen con mucha más ambición en soluciones urgentes y concretas con vistas a implicar al Parlamento Europeo en este proceso.