No estamos listos para organizar una COP libre de plásticos

Jana Kluiber Fundación porCausa, Climática y Youth Press Agency han colaborado en la publicación de este artículo.

Las campañas de diferentes organizaciones ecologistas denuncian la polución de los océanos y sitúan los residuos de plástico como uno de los principales problemas del presente. Por lo tanto, para la Cumbre del Clima de Naciones Unidas, el evento organizado para frenar el cambio climático, la barra está alta: ¿Qué otro encuentro internacional, sino la COP, podría ser un referente de soluciones creativas para organizar un evento sostenible?

En el caso de los plásticos de un solo uso, la única solución sostenible es deshacerse de ellos, según el último informe de Greenpeace. Una gran parte de estos residuos acaban en los océanos, perjudicando el ecosistema marino y contaminando playas. El próximo año, su producción llegará a las 500 millones de toneladas, que es un 900% más que en 1980.Desde luego que los organizadores de la cumbre han tomado medidas: se regaló una botella de cristal a todos los participantes, que se puede rellenar en los dispensadores de agua distribuidos por todo el recinto. Además, según la estrategia de sostenibilidad de la COP25, todos los caterings del evento priorizan los cubiertos reutilizables o hechos de materiales compostables. Durante los primeros días del evento, es fácil observar el esfuerzo para cumplir este objetivo: poco a poco, son retirados los cubiertos de plástico de la cafetería en la Zona Verde y los sobrecitos de salsas en el Burger King son reemplazados por dispensadores. Asimismo, las habituales latas de refrescos tuvieron que hacer sitio a botellas de vidrio, como afirma una camarera de una de las cafeterías de IFEMA.

A pesar de todas las medidas tomadas, no hay que buscar mucho para encontrar tapas de plástico en los puestos de café, y los embalajes de plástico de la cadena Deli&Cia saltan a la vista. 100% reciclable, se lee en los contenedores. En toda la COP, los organizadores hacen un esfuerzo para animar los participantes a separar la basura correctamente. En los carteles informativos aparecen imágenes de embalajes 100% compostables, que, a diferencia de los plásticos convencionales, brillan por su ausencia. Eso no es de extrañar, porque todavía no existe el plástico compostable. Un estudio de la Universidad de Plymouth afirma que el deterioro completo de estos materiales no está comprobado, y Greenpeace advierte que son una invitación para las multinacionales a seguir usando plásticos desechables, presentándolos como alternativas sostenibles.

“Es excelente ver esfuerzos para reducir el plástico en la COP25, pero aún así, se ve mucho plástico en las cafeterías; además, hay un problema creciente por sustitutos como los vaso de papel, tratados químicamente, y por lo tanto, no reciclables”, opina Grazyna Pulawska, gerente mayor de proyectos de la Fundación Asia-Europa (ASEF). Es cierto: los vasos de papel son omnipresentes en la COP25, tanto en los dispensadores de agua como en los espacios que proveen café gratis para despertar a los participantes exhaustos de la cumbre. “No estamos listos para organizar una COP libre de plásticos,” añade Pulawska.

La Fundación Asia-Europa es de las pocas que organiza eventos para enfrentar este problema. En dos semanas de charlas y negociaciones hay solo tres eventos destinados explícitamente al uso de plástico. Uno de ellos es la mesa redonda sobre estrategias ’3R’ -reducir, reciclar, reusar- en Europa y Asia, donde rápidamente se perfila la complejidad del tema. Se ponen sobre la mesa asuntos como los envases de plástico que requiere el comercio transnacional, las grandes inversiones en sistemas de reciclaje que luego requieren un constante flujo de plástico para su amortización, y las millones de toneladas de basura despachada en Europa a Asia, donde no es reciclada adecuadamente, al igual que en Europa. En España el porcentaje de envases reciclados oscila entre el 25% y el 80%, según la fuente. Este hecho plantea dos retos más: lo que pasa con nuestros residuos no es para nada transparente. Y el problema no está resuelto con separar la basura correctamente.

“La solución tiene que ser multidimensional”, explica el doctor Lewis Akenji, director ejecutivo de la ONG Seed y ponente del coloquio de estrategias 3R. “Tenemos un largo camino por delante, y solo empezamos a entender la complejidad del asunto.”

Mientras tanto, en la Cumbre Social por el Clima, organizada en la Universidad Complutense por diferentes colectivos ecologistas, se ofrece comida 100% vegana, servida en platos de porcelana con cubiertos de metal. Los alimentos, provenientes de diferentes fuentes locales, son entregados en cajas de madera, como afirma Hannah Gómez, del colectivo El Ambigú, que se encarga del catering junto a la organización suiza KochKollektiv. Las regulaciones de higiene casi les obligaron a usar cubiertos de un solo uso, cuenta Francisco del Pozo Campos, activo en el colectivo de logística de la Cumbre Social, pero al final consiguieron permiso para usar el lavavajillas profesional de la cantina de la universidad. De esta forma lograron organizar un evento libre de plásticos desechables. En solo cuatro semanas, y sin patrocinadores.

¿Es ésta la solución al problema del plástico? No, porque el plástico de un solo uso relacionado al consumo de alimentos constituye solo una pieza del rompecabezas. Pero es un comienzo que da visibilidad al asunto y que además, está en nuestra mano.

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