Gestión ambiental del gobierno de Mauricio Macri

Por Santiago Campeni, Fundación TierraVida.

En Argentina hubo elecciones y el gobierno saliente de Mauricio Macri estuvo marcado por altibajos en materia ambiental, con ciertos puntos buenos y malos. A continuación analizaremos los puntos a favor y en contra de la gestión de Macri sobre ambiente.

Para empezar uno de los puntos a favor, fue la creación del Gabinete Nacional de Cambio Climático, el cual reúne a diversos ministerios y secretarías que se ven atravesados por las cuestiones climáticas. También este panel ha sido el encargado de generar los Planes Nacionales de Adaptación y Mitigación, y Planes de Acción Sectoriales de Cambio Climático en áreas claves como bosques, energía, infraestructura y territorio, transporte y agricultura.

Otro punto a destacar de la gestión saliente fue la aprobación de la Ley Nº 27.424 de Generación Distribuida de Energía, la cual permite que los usuarios que generen energía mediante fuentes renovables inyectar su excedente en la red nacional, logrando así que cualquiera pueda proveer de energía renovable a la red y una baja en la boleta de luz. Esto sin embargo no está muy extendido entre la sociedad civil y se apunta más al sector privado y de grandes capitales.

Los dos puntos más fuertes del gobierno de Mauricio Macri en materia ambiental sin duda fueron la creación de parques nacionales y la ampliación de la energía renovable.

En el caso de los parques nacionales, la superficie de áreas protegidas creció marcando un récord histórico en la creación de estas. Se crearon los siguientes parques nacionales: en la Patagonia andina: el Aconquija, en Tucumán; Ciervo de los Pantanos, en la provincia de Buenos Aires; Iberá, en Corrientes, y Traslasierra, en Córdoba. También, dos áreas marinas protegidas, Namuncurá-Banco Burdwood II y Yaganes, ambas al norte de la península antártica argentina y al sur de las islas de Tierra del Fuego y de los Estados estas dos últimas siendo las primeras áreas marinas protegidas creadas en el país y teniendo un rol fundamental debido a la gran biodiversidad que presenta la zona en fauna marina, y por cómo se podría haber visto afectada por la pesca extractiva sin la creación de estas áreas.

El otro punto a favor del gobierno saliente fue la ampliación de energía renovable a lo largo del territorio argentino. Desde el norte con la energía solar hasta el sur con la energía eólica con 206 proyectos en desarrollo o terminados actualmente invirtiendo 7.500 millones de dólares. La matriz energética de argentina sigue sin embargo marcada por un fuerte peso de los combustibles fósiles, siendo las energías renovables solo el 10% según fuentes oficiales cuando debería ser de 12% según marca la ley vigente.

Por último, el 17 de julio la Argentina se declaró en emergencia climática siendo el cuarto país a nivel mundial y el primero de la región latinoamericana, marcando su rumbo frente a la crisis climática. También se aprobó en el mes de noviembre la Ley de presupuestos Mínimos Ambientales Para la Adaptación y Mitigación del Cambio Climático. Es importante destacar que estos dos últimos logros no hubieran sido posibles sin el apoyo y la presión de organizaciones ambientales y de los nuevos movimientos juveniles que reclaman una acción más concreta, un aumento de la ambición y que se movilizaron para dar voz a estos reclamos.

Sin embargo en el gobierno de Macri no todo fue de color de rosas en materia de ambiente. Para empezar, se apostó a Vaca Muerta, uno de los yacimientos de gas y crudo no convencional más grandes a nivel mundial. Cuando decimos no convencional nos referimos a que estos recursos, para ser extraídos de la tierra deben ser retirados mediante la técnica del fracking, es decir mediante la inyección de millones de litros de agua a alta presión en la roca que luego queda contaminada y debe ser enterrada porque no puede ser usada nuevamente. Además de ser una técnica que gasta recursos preciados en un contexto de crisis climática, también es una bomba de CO2 que no debe ser liberada justamente debido al contexto anteriormente mencionado. Vaca Muerta también ha tenido denuncias de derrames de petróleo en la zona, afectando a las comunidades que viven en los alrededores de este emprendimiento. Si se permiten los derrames tampoco será raro escuchar que se hayan producido 8 muertes de operarios debido a los bajos estándares de calidad laboral y de seguridad que se mantienen en estos lugares. Otro punto que pone en aprietos aún más a Vaca Muerta es la denuncia por parte de Greenpeace que dice que los residuos de esta práctica de fractura hidráulica estaban siendo derramados en piletas sin tratamiento previo y a cielo abierto haciendo que estos puedan penetrar la tierra y las napas subterráneas con materiales sumamente tóxicos.

También se vio el avance de la frontera de los campos sojeros durante el gobierno de Mauricio Macri, como se ha visto durante gobiernos anteriores también. Pese a que Argentina cuenta con una Ley de Bosques, esta es continuamente avasallada realizándose desmontes de áreas protegidas y en las que está terminantemente prohibido deforestar. Los bosques del norte de nuestro país son fundamentales en la lucha contra el cambio climático, ya que estos son uno de los grandes reservorios de CO2 del planeta, además de esto, los bosques son el hogar de comunidades indígenas y de una fauna que cada vez se ve más amenazada por el avance de los campos sojeros. Estos desmontes también generan inundaciones que afectan claramente a los más vulnerables y generan pérdidas materiales y víctimas fatales.

Si algo había hecho bien Mauricio Macri en materia de Ambiente era crear el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, sin embargo debido a la crisis económica que enfrentaba y sigue enfrentando la Argentina decidió reducir el ministerio a una secretaria, lo cual simbólicamente puede significar un menor interés en los temas ambientales.

Uno de los últimos decretos firmados por el presidente saliente fue el que permite la importación de residuos peligrosos. En un país que no cuenta con una ley nacional de gestión de residuos, que deja a cada municipio, provincia y ciudad que gestione sus residuos como les parece sin bajar una política desde el gobierno central, genera un verdadero riesgo. En Argentina el reciclado depende de cada lugar en donde se viva. No es lo mismo habitar en la Capital Federal, uno de los distritos más adinerados y más desarrollados, que vivir en el interior del país en pueblo que apenas tiene acceso a los servicios básicos. Los números de reciclado en la ciudad de Buenos Aires apenas alcanzan el 20%, como se plantea entonces que se traten los residuos peligrosos de otros países

Para finalizar la gestión Macri, en convenio con el Gobierno de China está desarrollando una represa hidroeléctrica en la provincia de Santa Cruz. Podría pensarse que una represa hidroeléctrica suena bien y que esta no genera emisiones de CO2, sin embargo, la implementación de esta instalación significaría un grave impacto ambiental. Primeramente la represa podría acabar con un animal endémico como lo es el Maca Tobiano, un pato que se encuentra actualmente en peligro de extinción. También esta represa afectaría al Río Santa Cruz, último río glaciar virgen de la Argentina. La implementación de esta represa plantearía la anegación de 47 mil hectáreas modificando el normal curso del río y no representando un real aporte energético significativo. Además la energía generada por este nuevo emprendimiento en gran parte se perderá en materia de distribución. Claramente se debe apostar a energías renovables y a la generación distribuida.

Como podemos ver el gobierno de Mauricio Macri estuvo marcado por puntos elogiables y criticables en su gestión ambiental. Esperamos que la próxima gestión de Alberto Fernández continúe los buenos rumbos tomados por la gestión saliente y corrija los que no han sido tan acertados. El nuevo presidente de Argentina ha restituido en calidad de Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible a la ex-secretaría, lo cual junto con la Ley de Presupuestos Mínimos da la esperanza de que haya un accionar concreta y efectiva.

Una acción positiva a nivel simbólico, es que el día siguiente a su nombramiento, el nuevo ministro se presentó en la COP25 y dio un discurso sobre el futuro de su gestión. En el mismo declaró la importancia del ambiente y la lucha contra el cambio climático, cabe decir que no fue muy concreto. Ahora solo queda esperar y estar pendientes a la presentación de los planes y proyecciones de esta nueva gestión.

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