Financiamiento Climático en Latinoamérica: Urgente crear soluciones duraderas y sustentables.

Por: Carlos Garcia (El Salvador)

 ¿Qué es el financiamiento climático?

El financiamiento climático es uno de los pilares más importantes de las negociaciones internacionales, a pesar de que no existe un conceso de su definición, podemos decir que busca movilizar recurso para tomar medidas relacionas a la mitigación y adaptación. Por lo que se vuelve de suma importancia para América Latina por su alta vulnerabilidad climática.

 ¿Cuándo surge los compromisos de financiamiento climático?

Desde 1992 como un medio para lograr la estabilización de las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir la vulnerabilidad ante adversos escenarios que nos propone el cambio climático, se han generado esfuerzos para movilizar recursos. A partir de la 15ª Conferencia de las Partes (COP15) de la CMNUCC (Copenhague, 2009), se acordó transferir 30 mil millones de dólares entre 2010 y 2012 de países desarrollados a países en desarrollo y 100 mil millones de dólares anuales al año 2020. (Departamento Nacional de Planificacion, 2020)  Sin embargo, no se ha cumplido la meta de transferir 100 mil millones de dólares acordados a pesar de que este compromiso debía de iniciar a partir de 2020 (CMNUCC, 2018).

Mas sin embargo, pese a verse establecidos acuerdos, muy pocos países han cumplido con sus compromisos, debido a la poca voluntad política de parte de los lideres a nivel mundial y los gobiernos en destinar recursos que mitigue y construyan medidas de adaptación a través del financiamiento a cambio climático.  La situación climática demanda establecer medidas urgentes para salvaguardar la vida y los ecosistemas que está siendo amenazados.

Gran parte de las actividades que se realizan en la región,  esta destinadas a medidas de mitigación y su financiamiento se concentra en países como México, Brasil y Colombia.  Por lo que es importante que más países tenga accesos a financiamiento climático relacionadas a la mitigación y adaptación; esto podría ser importante para que los territorios y comunidades enfrenten la actual crisis climática. (Aid Atlas, 2018)

¿De dónde proviene el financiamiento climático de la región?

Gran parte del financiamiento climático provino de diferentes financiadores y se asignaron a diferentes destinatarios. Las mayores fuentes de financiación fueron el Banco Interamericano de Desarrollo ($ 17.400 millones), el Banco de Desarrollo de América Latina ($ 6.040 millones) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento ($ 5.180 millones). Los países de este grupo que recibieron la mayor cantidad de financiación fueron Brasil ($ 10,6 mil millones), México ($ 7,25 mil millones) y Colombia ($ 5,03 mil millones) (Aid Atlas, 2018).

Imagen 1. Todos los receptores de financiamiento para el desarrollo de todos los donantes en América Latina (América Central y del Sur) para el cambio climático (total)   Fuente: Aida Atlas ,2020

¿Como se usa el financiamiento climático en Latinoamérica? ­

El financiamiento para el desarrollo destinado a América Latina está dirigido a diferentes sectores entre los cuales se destaca los compromisos:  $ 14.3 mil millones para energía, $ 7.28 mil millones para transporte y almacenamiento y $ 6.56 mil millones para protección general del medio ambiente. A pesar de que se ha generado fuerte financiamiento en materia de energía, a un gran parte de la región sigue sin tener acceso y altos costos de pago. (Aid Atlas, 2018)

Es trascendental en este sentido que el finamiento climático vaya destinado a fortalecer Las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) ya establecida por cada país y de ser necesario robustecer los presupuestos nacionales en materia ambiental que en la región de Latinoamérica aún sigue siendo insuficientes para alcanzar las metas establecidas en los NDC.

También es importante que países que tiene muy poco acceso a financiamiento a cambio climático en la región, se han prioritarios para la movilización de recursos, teniendo en cuenta que la región cuenta con desafíos históricos en materia de finanzas públicas y que la situación de recuperación post COVID 19, está profundizando aún más el deterioro e impactos ambientales, a través de megaproyectos.

Por ejemplo, México principal emisor de CO2 por quema de combustibles fósiles, seguido de Brasil y Bolivia (AEI, 2020). Por el contrario hay países en la región como Centro América que produce el 1% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, pero son países altamente vulnerables ante desastres naturales.

¿Por qué es importante el financiamiento climático?

La actual crisis climática que está teniendo efectos globales, requiere el esfuerzo urgente para construir soluciones duraderas y sustentables frente al cambio climático. La Comunidad Internacional debe de abordar de manera responsable y movilizar de manera intencional posibilidades y recursos que eviten un apocalipsis climático.

De tal manera el financiamiento climático es una oportunidad  y una deuda histórica para  transformar los patrones de producción y consumo que han llevado a eventos climáticos sin precedentes, olas de calor más largas con temperaturas récord, inundaciones más frecuentes como resultado de lluvias más violentas, del desborde de ríos o del aumento del nivel del mar en zonas costeras, intensificación de sequías (más largas o más severas) tormentas más violentas, temporales de viento nunca antes visto o más frecuentes y erosiones en zonas costeras en forma acelerada.

 De cumplir con los compromisos internacionales sobre financiamiento climático y usar de manera acertada los recursos, fomentaríamos un desarrollo equilibrado y que dé respuesta a los principales restos que afrontamos como humanidad, entre ellos construir un ambiente sano y saludable.

¿Qué debemos hacer?

Por una parte, debemos de incidir a que los gobiernos avancen en preparar sus planes presupuestales para el cumplimiento de sus compromisos climáticos, reflejados en sus Contribuciones Nacionales Determinadas – NDC. Además, asegurar que los recursos movilizados para la mitigación y la adaptación, sea utilizados de manera oportuna y eficiente. Por tanto, es de suma importancia la participación ciudadana para monitorear y asegurar soluciones duraderas y sustentables.

Por otra parte, es importante solicitar informes sobre los avances de las Contribuciones Nacionales Determinadas y exigir a los funcionarios y servidores públicos rendición de cuentas. Además, se debe de implementar impuestos al carbono, a la energía fósil, al dióxido de azufre y a toda aquella actividad que contribuya a la emisión de gases de efecto invernadero, tanto a nivel nacional como a nivel local, con el objetivo de descarbonizar la economía.

En materia de financiamiento y cooperación internacional es clave reducir los costos de los mecanismos financieros, como los préstamos y su operación, particularmente para aquellos países más pequeños y con menores capacidades de movilizar financiamiento. Establecer condicionalidades a la cooperación, para asegurar que los países involucren a comunidades locales y gobiernos subnacionales.

Foto obtenida en: La vanguardia

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