El aprovechamiento de las energías por biomasa avanzada como modelo para países en Latinoamérica

Por Carlos Sequeira

La energía de biomasa avanzada es una alternativa emocionante y prometedora para promover la transición hacia un sistema energético más sostenible en los países latinoamericanos. Esta forma de energía renovable aprovecha la materia orgánica disponible, como residuos agrícolas, forestales o de origen animal, y la convierte en fuentes de energía utilizable. 

En el libro “Tecnologías para el uso y transformación de biomasa energética” el autor define a la biomasa como: materia orgánica originada de un proceso biológico utilizable como fuente de energía. (prólogo párrafo 1)

A diferencia de la biomasa convencional donde se quema directamente para generar calor, la biomasa avanzada utiliza tecnologías más sofisticadas, como la gasificación, la pirólisis y la fermentación, para obtener resultados más eficientes y versátiles. Estas tecnologías permiten la transformación de la biomasa en biogás, biocombustibles líquidos y productos químicos renovables.

La gasificación de biomasa implica la conversión de la materia orgánica en un gas combustible mediante calor y un agente de gasificación. Este gas se puede utilizar para generar electricidad o calor, brindando una fuente de energía limpia y renovable.

Por otro lado, la pirólisis de biomasa involucra el calentamiento de la biomasa en ausencia de oxígeno, lo que produce productos líquidos y gaseosos. Michael Klug aclara sobre esto: La pirolisis es un proceso termoquímico que ocurre en ausencia de oxígeno. El proceso de pirolisis tiene tres etapas: la dosificación y alimentación de la materia prima, la transformación de la masa orgánica y, finalmente, la obtención y separación de los productos (coque, aceite y gas). Estos productos líquidos, conocidos como bioaceites, pueden utilizarse como combustibles o como materias primas en la producción de productos químicos renovables, abriendo nuevas oportunidades en la industria química sostenible.

La fermentación de biomasa, por su parte, implica la descomposición biológica de la biomasa en presencia de microorganismos para producir biogás, compuesto principalmente por metano y dióxido de carbono. Este biogás puede utilizarse para generar electricidad y calor, y también puede ser purificado para obtener biometano, un combustible versátil y de bajo impacto ambiental.

La implementación de energía de biomasa avanzada en países latinoamericanos podría ser especialmente beneficiosa debido a la alta producción de residuos orgánicos en la región. Estos residuos, como los desechos agrícolas, las plantas de procesamiento de alimentos o los subproductos forestales, podrían ser aprovechados de manera eficiente y sostenible, evitando su disposición inadecuada y contribuyendo a la reducción del impacto climático.

Además de los beneficios ambientales, la adopción de energías renovables como la biomasa avanzada podría fomentar la generación de empleo local, fortalecer la seguridad energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles en la región.

Es fundamental que los países latinoamericanos desarrollen marcos regulatorios adecuados, promuevan la investigación y la inversión en tecnologías de biomasa avanzada, y fomenten la colaboración entre los sectores público y privado. También es necesario impulsar la educación y la concientización sobre los beneficios de las energías renovables, así como facilitar el acceso a financiamiento y apoyo técnico para la implementación de proyectos en este ámbito.

Adaptabilidad por regiones: en el libro “Tecnologías para el uso y transformación de biomasa energética” página 80 cita: “cada país aplica el sistema que considera el más apropiado” refiriéndose a su uso actual en la UE. 

Es por todo esto que, en los países latinoamericanos podría desempeñar un papel crucial en la protección del medio ambiente. Esta forma de energía renovable permite aprovechar eficientemente los residuos orgánicos y reducir su disposición inadecuada, evitando así la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación ambiental, pueden impulsar la educación y la concientización sobre los beneficios de estas energías, creando una cultura de sostenibilidad y promoviendo prácticas más respetuosas con el entorno.

Sin embargo, para maximizar los beneficios ambientales, es esencial establecer regulaciones adecuadas que garanticen un manejo responsable de los recursos y eviten impactos negativos. La colaboración entre el sector público y privado, la inversión en investigación y desarrollo, así como el acceso a financiamiento y apoyo técnico, son fundamentales para fomentar la implementación exitosa de proyectos de biomasa avanzada.

En sus aspectos más positivos: ejecutándose a las escalas adecuadas, al aprovechar y utilizar eficientemente los residuos orgánicos en lugar de desecharlos de manera inadecuada, se evita la liberación de gases de efecto invernadero y la contaminación del suelo y el agua, a la larga mitigando el cambio climático que es su finalidad. 

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