Salvar el planeta sobre dos ruedas

Los líderes mundiales parecen contradecir lo que pretenden en Glasgow, ya que llegan a la COP26 en contaminantes jets privados o con varios coches. Por suerte, hay quienes, fuera de los focos, eligieron una forma alternativa y sostenible de viajar, llevando también un importante mensaje. 

Por Ilaria Bionda

Traducción: Mariano Figuera

Mientras se critica a los líderes mundiales por llegar a la COP26 en contaminantes jets privados o seguidos de muchos coches de seguridad, mucha gente viajó a Glasgow de forma alternativa, para concientizar a la población sobre la contaminación y el cambio climático. El objetivo es uno solo, promover una forma sostenible de viajar, pero cada uno aporta ideas y motivaciones personales y peculiares para su viaje.

El 1ero  de noviembre, un grupo de 39 activistas llegó en bicicleta al Hospital Gartnavel de Glasgow, tras recorrer 500 kilómetros. El grupo estaba formado por trabajadores de hospitales infantiles, que vinieron en bicicleta desde Londres para sensibilizar sobre los daños que la contaminación atmosférica causa en los niños en particular. Durante su viaje, se detuvieron a lo largo del camino, conociendo a la gente y discutiendo sus problemas.

Otro grupo partió de Londres para llegar a Glasgow en bicicleta, en el marco de Ride the Change, un proyecto abierto a organizaciones y personas con la misión de conectar a través del reto del viaje compartido, experimentando el impacto positivo que todos podemos tener e influyendo al compartir su historia, sobre el tema del cambio climático. También recorrió más de 500 millas un tercer grupo de ciclistas, que partió de Brighton y llegó a la sede de la COP26 en 9 días. Propusieron actividades en las ciudades en las que se detuvieron a lo largo del viaje, de nuevo con el objetivo de concientizar sobre formas sostenibles de moverse. La idea era mostrar cómo conseguir una forma de viajar baja en carbono y, al mismo tiempo, presionar a los líderes mundiales para que tomen decisiones rápidas durante la COP26. 

Créditos: Ilaria Bionda

No sólo estos grupos decidieron emprender este viaje alternativo: Jessie, una activista de 16 años de Devon, decidió utilizar su bicicleta para ir a Glasgow, recorriendo 917 kilómetros, tras darse cuenta de lo caro que es el tren. Está convencida de que las voces de los jóvenes deben ser escuchadas, y ésta es su manera de hacerse oír. A pesar de la preocupación inicial de sus padres, les convenció y comenzó su viaje a la COP26. 

Alguien partió en bicicleta hacia Glasgow desde el otro lado del Canal de la Mancha: Omar Di Felice, un ultraciclista italiano, decidió desafiarse a sí mismo uniéndose a la COP26 tras recorrer 2.000 km en ocho días. Partió de Milán y atravesó Suiza, Alemania, Luxemburgo, Bélgica, Francia y finalmente el Reino Unido, pasando cerca de lugares que tienen una importancia relevante para la crisis climática, como el glaciar del Ticino y algunas centrales nucleares en Francia. Omar también consiguió llevar su bicicleta al interior de la COP26, por primera vez en la historia del evento.

Créditos: Omar Di Felice

Tuvimos la oportunidad de hacerle algunas preguntas sobre su increíble experiencia. La primera motivación que le empujó a emprender este increíble viaje proviene de sus anteriores aventuras por el mundo: “viajar por zonas remotas del Planeta me hace acercarme a una realidad irreprochable: las advertencias del cambio climático son evidentes e irrefutables en todas partes, desde el retroceso de los glaciares hasta los fenómenos meteorológicos extremos”. Por este motivo, decidió poner en marcha el proyecto “Bike to 1.5°C – Road to Glasgow” con el objetivo de llevar el mensaje de que “… el cambio es posible con vehículos potentes y sostenibles como la bicicleta”.

Omar está firmemente convencido de que la acción de cada uno de nosotros es indispensable, por lo que pidió la ayuda de técnicos, científicos, médicos y expertos en clima para organizar momentos de transmisión en directo durante su viaje, para maximizar el efecto de su mensaje mostrando soluciones que podrían ser adoptadas por todos nosotros. “coger la bicicleta dentro de la COP era un acto necesario y muy deseado, para lanzar una señal clara a los políticos para que actúen ya, dejando de lado las palabras y las promesas. También fue una emoción que no puedo describir, cómo alcanzar el campo base del Everest o ir en bicicleta más allá del Círculo Polar”, dijo. Cree que las dos ruedas son el vehículo más sano y natural, capaz de ayudar a las personas a alcanzar los objetivos y metas más ambiciosos. “Creo en el gran valor de la bicicleta”.

La historia de Omar, como las demás aquí narradas, pueden ser ejemplos positivos que nos estimulen a emprender un viaje increíble también en nuestra pequeña dimensión individual, motivándonos a pensar y actuar de forma sostenible cada día.

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