Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos

Por Santiago Campeni, Argentina.

El pasado 29 de octubre del 2020, el Senado Argentino daba media sanción a la Ley de Etiquetado Frontal de Advertencia de Alimentos Destinados al Consumo Humano. Esta, establece la implementación de un etiquetado claro y comprensible para los consumidores, que les permita poder elegir conscientemente sus alimentos.

Para entender la importancia de la aplicación de esta ley, que espera su aprobación en la Cámara de Diputados, es necesario conocer algunas cifras. Según la “Encuesta Nacional de Nutrición y Salud”, solamente un tercio de los argentinos lee el etiquetado de los alimentos y, menos del 15% logra comprender la información nutricional, siendo este número menor en personas con menos acceso a educación y con ingresos más bajos. Este panorama, se da en un contexto en el que 6 de cada 10 adultos tiene sobrepeso, y 30% de los niños presentan esta condición. Además 1 de cada 10 argentinos mayores de 18 años presenta algún tipo de diabetes, superando la media mundial. Esto, por tan solo mencionar dos de las enfermedades de tipo no transmisibles, relacionadas a una mala alimentación. No comprender lo que ponemos en nuestros platos, dificulta poder bajar estas cifras, e incluso puede estar contribuyendo a su aumento. 

Pero ¿por qué un alimento ultraprocesado, de los que vienen en un paquete, puede generar todas estas enfermedades? la respuesta a esto está en sus ingredientes. En su gran mayoría, aunque presentan nombres y siglas difíciles y variadas, son una combinación de grasas, azúcares y sal, sustancias que —en exceso— generan este tipo de enfermedades. Nuestro organismo ha evolucionado para resistir ante situaciones de falta de alimento, por lo tanto, al ingerir estos ultraprocesados, nos resultan satisfactorios. Sin embargo, en la sociedad actual donde hemos superado la escasez de alimentos, y donde podemos acceder a la comida tan solo yendo a nuestra cocina, esto se convierte en una herramienta que la industria alimenticia utiliza para su beneficio. 

En este contexto, surge la Ley de Etiquetado Frontal, que propone la aplicación de octógonos negros en los envases de alimentos y bebidas que adviertan sobre el alto contenido de azucares, sodio, grasas y grasas saturadas. Este tipo de señalización, vendría a reemplazar al sistema actual que simplemente dice los porcentajes de estos compuestos, sin indicar si su valor es excesivo para el consumidor. También, la ley propone regular la publicidad que pueden realizar las empresas de alimentos, la cual apunta especialmente a los niños y adolescentes. En los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud ya mencionada, se dice que “una cuarta parte de los adultos refirió haber comprado un producto porque lo vio en una publicidad en la última semana.También corroboran el efecto de influencia que la publicidad tiene en los niños, y cómo éstos solicitan a los padres y consiguen que éstos les compren productos que vieron en una publicidad”. La ley que se desea aprobar, eliminaría la posibilidad de utilizar personajes de caricaturas y promociones con los personajes de moda que atraen a los más pequeños. 

Entre los organismos que apoyan la implementación de este proyecto se encuentran la Federación Interamericana del Corazón (FIC Argentina), y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Para conocer la opinión de un nutricionista sobre los efectos de la implementación de esta ley contactamos a Franco Godoy, profesional de la provincia de Córdoba, que nos brindó su opinión al respecto. “Primero me parece importante saber que los ultraprocesados son aquellos alimentos que están elaborado con 5 o más ingredientes y, generalmente, tienen aditivos para aumentar su vida útil y mejorar la palatabilidad, es decir, el gusto de estos (endulzantes, estabilizantes, conservantes, aromatizantes, etc).” 

Cuando le consultamos sobre cómo es actualmente la reglamentación en Argentina, nos dijo “el código alimentario argentino en el capítulo 5 establece: cómo es el rótulo alimentario y avala el uso del Sistema Internacional de Numeración (INS) que se usa para que el consumidor no sepa qué aditivos tiene y, a nivel impresión, se gasta menos. También, hay que tener en cuenta que la población cada vez está siendo un poco más consciente de lo que ingiere, leyendo un poco más el rótulo, pero no pasa muy seguido y muchas veces genera confusión por no estar en un lenguaje que el común de la sociedad maneja”. 

Ante la pregunta sobre su opinión si finalmente se aplicará la nueva reglamentación de etiquetado frontal, el nutricionista nos contestó “En estos octógonos que establece la ley, se grafica ‘alto en sodio, alto en grasas saturadas y trans, alto en azúcares’. Estos, al consumirse de forma crónica y elevada, van a producir el desarrollo de Enfermedades Crónicas No Transmisibles (sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, entre otras). El ser humano primero “come” por los ojos, entonces, en un futuro cuando alguien se encuentre con un producto con 5 sellos se va a llevar un impacto. Pensará en no consumirlo por los daños que podría desarrollar a su salud. Así, de a poco se mejoraría la selección alimentaria sin necesidad de un entendimiento profundo del tema de aditivos, tablas nutricionales, composición de alimentos y, mediante esto, disminuir progresivamente los índices de malnutrición por el consumo de estos alimentos”

El caso chileno:
Sin duda el caso más emblemático a nivel regional es el de Chile, siendo el primer país en implementar este tipo de reglamentación en el año 2016. El país trasandino desarrolló un plan con distintas etapas. En la primera fase de la ley se implentaron los octogonos negros que debian especificar “ALTO EN”. Luego, en una segunda etapa se impusieron límites más estrictos a los contenidos de ciertos alimentos. Por último, estas exigencias aumentaron y se obligó a que los paquetes de productos con sellos digan “Prefiera alimentos con menos sellos de advertencia”, restringiendo también los horarios de publicidad. Los resultados de la implementación de esta ley ya son visibles. Análisis realizados como parte del estudio, “Evaluación de la Ley Chilena de Etiquetado y Restricción de Publicidad de los Alimentos” del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) arrojan que, en el caso de las bebidas o jugos azucarados, las compras de productos ‘altos en’ caen un 25%, las de cereales de desayuno un 36% y las de postres envasados un 17%. Existen otros países de la región que han aplicado estas normativas, como son Uruguay y Perú.

Argentina podría convertirse en el próximo

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