La urgencia de la Demarcación Territorial y el combate a la regresión son temas centrales en la Conferencia de Prensa con las naciones originarias de Brasil

Por: Daniele Savietto

Traducción: Wendy Toro

Mientras muchas personas marchan por la necesidad de acciones más concretas que puedan combatir el cambio climático, los líderes de los pueblos nativos se han unido en un movimiento para llamar la atención sobre dos puntos centrales en esta COP: la urgencia de demarcar las tierras indígenas en todo el territorio brasileño y también para destacar el enorme retroceso en derechos y garantías que han sido estos últimos cuatro años del gobierno de Jair Bolsonaro.

Las voces de Puyr Tembé, Célia Xakriabá, Juliana de la asociación ANMIGA y Toya Manchineri, fueron unánimes en cuanto al soplo de esperanza que ofrece el nuevo gobierno, permitiéndonos al menos soñar con la reanudación de derechos que creíamos garantizados, pero que se demostraron frágiles, y que conciernen a toda la sociedad y no exclusivamente a las naciones nativas, como a muchos les gusta pensar. 

Este gobierno ha dejado en claro que es posible un retroceso y los líderes indígenas quieren tener un papel protagónico en la transición del gobierno para que se lleven a cabo los derechos de los pueblos originarios, es decir, la necesidad de una verdadera demarcación de las tierras indígenas en todo Brasil, y no exclusivamente en la Amazonía.

Es necesario tener en cuenta que esta es una de las principales herramientas para luchar contra el cambio climático, y que, si no se hace por alteridad, que sea por la lógica no tan obvia de que, sin el mundo no hay dinero.

La conferencia de prensa fue mediada por el líder Puyr Tembé (Amazonas), sobre el posicionamiento del movimiento indígena brasileño en el escenario político actual. 

Celia Xakriabá, recién elegida diputada federal de Brasil, afirmó que la única vacuna contra la deforestación son las leyes, que no pueden venir exclusivamente del gobierno brasileño, sino que necesitan ser apoyadas por el parlamento europeo y el mundo entero. También recordó la necesidad de comprometerse no sólo con la selva amazónica, sino con el Cerrado, el bosque atlántico, los humedales del pantanal, la pampa y la catinga, ya que dejar fuera cualquier bioma es cometer un ecocidio. 

La dirigente también recordó que la población indígena representa sólo el 5% de la población mundial, sin embargo protege el 80% de la biodiversidad del planeta. Fue enfática al afirmar que los pueblos indígenas llevan 522 años en la COP, ya que Brasil nunca ha dejado de luchar y no hay bosque en pie si se derrama sangre indígena.

Juliana, líder indígena guaraní de ANMIGAS, también hizo un discurso contundente al afirmar que las huellas de sus antepasados la trajeron hasta aquí y que lleva la voz de la Mata Atlántica, uno de los biomas más explotados. Recordó el crítico momento político de Brasil, donde la libertad está constantemente amenazada, y cómo esta elección suena como un suspiro de esperanza para las naciones nativas. 

Así, más que nunca, es necesario aprovechar la coyuntura actual para reconstruir las políticas destruidas, pero mucho más, para construir una nueva forma de gobierno para los pueblos nativos de forma participativa y conjunta.

Además, Juliana recordó la importancia de poner en el debate la diversidad de pueblos y biomas, la necesidad de poner en la agenda la violencia histórica que se ha ejercido sobre nuestros pueblos con heridas que aún están abiertas y que necesitan de medidas que permitan la justicia transicional.

Por eso es el momento de evaluar técnicamente el desmantelamiento que se ha hecho para pensar en formas de establecer acciones futuras.

Aquí, una vez más, se llama la atención sobre la urgencia de demarcar las tierras indígenas, recordando que ésta es una de las principales medidas para combatir el cambio climático. 

Toya Manchineri, coordinadora de la COIAB, también tomó la palabra para afirmar que hemos recuperado la esperanza después de un escenario nublado, y para insistir en la necesidad de que los pueblos indígenas participen en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva fortaleciendo las instituciones indígenas, recordando que la FUNAI, responsable de la demarcación, está hoy en manos del agronegocio. 

Por lo tanto, es urgente retomar las acciones con más agilidad que nunca. Crear leyes de protección que se extiendan a todos, garantizar el derecho de demarcación de las tierras en todos los rincones de Brasil y revocar los decretos y ordenanzas que van en contra de los derechos de los pueblos indígenas.

Ana Beatriz, de la agencia pública, preguntó sobre la expectativa existente respecto al nuevo Ministerio de Pueblos Indígenas que debería crearse. Sobre esto, Toya y Célia afirmaron la necesidad de que sea un grupo de trabajo compuesto por indígenas y líderes para garantizar una buena articulación de las políticas públicas y trabajar con todos los problemas relevantes, como las cuestiones climáticas.

Finalmente, Célia llamó la atención con un discurso fuerte e impactante, y es con ella con quien me gustaría concluir: “La gente dice que la demarcación de la tierra indígena es muy cara; sí, es tan cara que nos ha costado la vida”.

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