COP28: Ejemplos virtuosos de movilidad activa

La promoción de la movilidad activa, es decir, peatonal y ciclista, es parte integral de la acción contra la crisis climática. O al menos debería serlo, considerando que se trata de un tipo de movilidad que aporta beneficios tanto para la salud del planeta como para la humana.

Por Ilaria Bionda

Traducido por Tatiana Chaparro

Para promover la movilidad activa, en 2022 nació la PATH – Partnership for Active Travel and Health. En calidad de Coalición para la movilidad activa y la salud, recientemente realizó una investigación sobre la presencia de políticas nacionales y Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) relacionadas con la movilidad peatonal y ciclista en los 197 países del UNFCCC.

En cuanto a los peatones, como se desprende de la siguiente imagen, solo el 16% de los países, exactamente 31, cuenta con tanto políticas nacionales como NDC; el 41%, es decir, 80 países, muchos de ellos ubicados en Europa, solo tiene políticas nacionales; mientras que 73 países, incluyendo la mayoría de los estados de África y Sudamérica, no cuentan con ningún elemento al respecto.

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En lo que respecta a la movilidad en bicicleta, el número de países que cuenta tanto con políticas nacionales como con Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) se reduce drásticamente a 10, es decir, el 5%. Por otro lado, el número de estados que no posee ninguno de estos elementos es bastante elevado, llegando a 117.

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La situación, por lo tanto, en términos de políticas y compromisos, no es la mejor. PATH ha elaborado una lista de objetivos, resumibles en:

– Permitir que las personas lleguen al lugar de trabajo, al ocio o al transporte público a pie o en bicicleta, y que esto pueda hacerse fácilmente, independientemente de la edad, habilidades, género y nivel de ingresos, con el fin de lograr una sociedad más inclusiva.

– Garantizar la presencia de espacios peatonales y ciclistas seguros y libres de riesgos.

– Mejorar la calidad de la experiencia peatonal y ciclista, ya que refleja los valores de la sostenibilidad y decisiones que ponen la salud humana en el centro.

La visión que emerge es permitir y facilitar, además de fomentar, experiencias peatonales y ciclistas que sean accesibles, cómodas, agradables y seguras, con el fin de contribuir significativamente a la mitigación del cambio climático, reduciendo las emisiones y al mismo tiempo brindando beneficios a la salud.

Para mejorar la situación

Es claro que se necesitan muchos elementos para que estas dos formas de movilidad puedan implementarse: infraestructuras adecuadas, campañas de promoción, integración con el transporte público y desarrollo de capacidades. También son indispensables diversas acciones, como la creación de redes y zonas prioritarias, garantizar la seguridad de las personas, proporcionar información adecuada, programar eventos, entre otras. Además, es fundamental que todo esto se integre de manera integral, ya que el objetivo final es uno solo: brindar la oportunidad a más personas de desplazarse a pie y en bicicleta de manera segura, lo que puede ayudar a reducir las emisiones derivadas del transporte hasta en un 50%.

La Comisión Europea también se ha movido recientemente en esta dirección con la publicación de la “European Declaration on Cycling”. Esta es una iniciativa ambiciosa que destaca los beneficios que los desplazamientos en bicicleta pueden aportar a la sociedad. Los principios en los que se basa son ocho y van desde el desarrollo y fortalecimiento de políticas de movilidad en bicicleta hasta la creación de infraestructuras adecuadas, el aumento de las inversiones, la creación de condiciones favorables, la mejora de la seguridad vial y el apoyo al cicloturismo.

No se debe subestimar el hecho de que apoyar la movilidad activa es la solución más económica para avanzar hacia la sostenibilidad: construir carriles para bicicletas y rutas peatonales es mucho menos costoso que construir infraestructuras dedicadas a los automóviles. Especialmente en el sur del mundo, muchas ciudades se están centrando en la promoción de la movilidad en bicicleta y a pie para hacer estas formas de transporte más seguras.

Aprender de Colombia

Colombia es ciertamente un ejemplo virtuoso en lo que respecta a la situación de la movilidad activa en general y la ciclística en particular. Los números indican que menos del 20% de los colombianos se desplaza en automóvil, la mayoría utiliza transporte público, camina o va en bicicleta.

A nivel nacional, el gobierno colombiano ha implementado una estrategia para promover los desplazamientos en bicicleta, que incluye la construcción de varios kilómetros de carriles para bicicletas y la implementación de servicios públicos de uso compartido de bicicletas. Estas acciones van desde el nivel nacional hasta el local mediante cofinanciamiento en transporte, apoyo a la implementación de acciones en áreas específicas y asistencia técnica. Un punto focal de esta estrategia es garantizar la seguridad, especialmente para la población femenina, que a menudo evita andar en bicicleta por temor a agresiones.

Una nación virtuosa no podía sino tener una capital que siguiera el ejemplo. Bogotá se considera la “capital de la bicicleta” de América Latina y sus más de 600 km de carriles para bicicletas explican por qué. Según la alcaldesa de la ciudad, Claudia López, es absurdo que la bicicleta en 2023 no se considere un medio de transporte al igual que los demás, por lo que se incluye en el plan de movilidad y seguridad de los próximos diez años. El objetivo debe ser un transporte multimodal que incluya y aproveche todas las oportunidades, no debe ser una cuestión de esto o aquello, sino de esto y aquello.

Los Países Bajos y las bicicletas, no solo una postal

Los Países Bajos son conocidos en todo el mundo por las imágenes de postal llenas de bicicletas. Bueno, no es solo imaginación, es la realidad. Las ciudades holandesas son muy transitadas por personas que se desplazan en bicicleta, y esto es posible gracias a políticas integradas, apoyo y espacios públicos, así como a programas sociales.

Según la alcaldesa de Utrecht, Sharon Dijksma, si circulan menos automóviles, los beneficios no son solo desde el punto de vista del aire más limpio, sino también de espacios más tranquilos para niños y niñas y calles más seguras. El consejo municipal de la ciudad persiste en objetivos que vayan en esta dirección, también porque en Utrecht hay más bicicletas que habitantes. Por esta razón, se planteó el problema de dónde estacionar las bicicletas y se construyó un gran estacionamiento subterráneo de 12 mil plazas, para usar con el pago de una cifra simbólica. “Esto”, dijo Dijksma, “es ayudar a las personas a tomar las decisiones correctas. Debemos ocuparnos de lo que toca el corazón de las personas”.

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