“Carbón ininterrumpido”: ¿Qué significa y por qué usar esta palabra?

Hace unos días, el discurso de apertura del presidente de la COP28, Sultán Al Jaber, nos mantuvo pegados a la pantalla, llenos de curiosidad. Lo volvimos a escuchar y leer, y analizamos las referencias al uso y extracción de combustibles fósiles. Al Jaber, al referirse al futuro, habla solo de la “transición lejos del carbón ininterrumpido”, pero ¿qué significa? Descubrámoslo juntos.

Por Sofia Farina

Traducido por Tatiana Chaparro

En el discurso del presidente de la COP28, escrito con un tamaño de letra 11 en un documento de texto que abarca más de dos páginas, las referencias a los combustibles fósiles son solo dos. En la primera, en esencia, Al Jaber pide estar abiertos a colaborar con los representantes de la industria de los combustibles fósiles:

“Sé que hay opiniones fuertes sobre la idea de incluir en el texto negociado un lenguaje sobre los combustibles fósiles y las energías renovables. Tenemos el poder de hacer algo sin precedentes. Les pido que trabajen juntos. Sean flexibles, encuentren terreno común, propongan soluciones y lleguen a un consenso. Y nunca pierdan de vista nuestra estrella polar de 1.5°C, porque en eso me mantendré enfocado.”

Mientras que en la segunda, breve, hace referencias al futuro:

“Hoy, los países que representan más del 85% de la economía mundial respaldan el objetivo de la COP28 de triplicar la capacidad de energía renovable para 2030, y estamos alcanzando la masa crítica con el objetivo de duplicar la eficiencia energética para 2030. This is how we will transition away from unabated coal.”

La palabra “unabated”

He dejado en inglés la última frase precisamente para centrarnos en la penúltima palabra, intraducible: “unabated”. Básicamente, esta frase significa: “nos alejaremos del uso del carbón cuyas emisiones no son reducidas”, pero detengámonos un momento en la palabra “unabated”, porque no solo es difícil de traducir al italiano, sino que también es imposible encontrar una definición universal, como explica Romain Ioualalen de Oil Change International. “La única referencia oficial para definir los combustibles fósiles ininterrumpidos está enterrada en una nota al pie de página en el informe de síntesis del IPCC de este año”, explicó. Como en todos los casos en los que no hay una definición clara y precisa, cada uno la adapta un poco a sus necesidades.

En general, las tecnologías de reducción, o “abatement”, son soluciones que permiten reducir las emisiones de CO2 a través de varios procesos industriales, como las técnicas de captura y almacenamiento de carbono (tecnología CCS, por sus siglas en inglés).

La promoción de las tecnologías de reducción es una línea comúnmente seguida por la industria del petróleo y el gas, precisamente con “el objetivo final de legitimar la dependencia y la difusión a gran escala de tecnologías de reducción como la CCS como alternativa a una eliminación total y completa de los combustibles fósiles”, explica Ioualalen.

Las tecnologías CCS

Las tecnologías CCS son procesos que permiten capturar el CO2 emitido por centrales eléctricas, fábricas y otros procesos industriales antes de ser liberado a la atmósfera. El CO2 capturado se transporta luego a un sitio de almacenamiento, que suele ser una formación geológica existente, como yacimientos de petróleo y gas agotados, formaciones salinas o de basalto, o se reutiliza para otros fines, generalmente inyectándolo de nuevo en el subsuelo para obtener una mayor producción de yacimientos agotados.

Leída así, podría parecer casi una solución real al problema del cambio climático, pero entendamos juntos por qué, de hecho, está lejos de serlo. En primer lugar, su impacto hasta ahora ha sido ínfimo. Desde el primer proyecto en la década de 1970 hasta hoy, en un lapso de cincuenta años, gracias al uso de esta tecnología, solo se ha capturado el 0.001% de las emisiones globales, y el 70% del CO2 capturado se ha reutilizado para extraer aún más combustibles fósiles y aumentar su producción (Fuente: Fundación David Suzuki).

En términos prácticos, es importante destacar que la tecnología CCS no tiene ningún impacto en las emisiones de petróleo y gas derivadas del uso aguas abajo, cuando los combustibles fósiles se queman en automóviles o hornos, sino solo en aquellas relacionadas con su extracción. También son tecnologías poco “escalables”, es decir, es difícil extender su uso a un gran número de instalaciones.

Además, y aquí casi llegamos a una paradoja, además de ser tecnologías muy costosas (se habla incluso de 10 veces más caras que reducir las emisiones invirtiendo en fuentes renovables), también consumen mucha energía.

En resumen, la implementación de este tipo de estrategias puede ayudar a reducir las emisiones a largo plazo, pero ciertamente no es una alternativa válida a lo que el planeta necesita ahora: una reducción drástica de las emisiones y, por lo tanto, una disminución significativa de la extracción y el uso de combustibles fósiles.

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