Análisis: La COP28 ha comenzado con el pie en el acelerador

Un relato sobre la dinámica de la adopción inmediata e inesperada del paquete elaborado por el Comité de Transición sobre el funcionamiento del nuevo Fondo para Pérdidas y Daños.

Por Jacopo Bencini

Traducido por Tatiana Chaparro 

La determinación de la presidencia emiratí de disipar dudas y sospechas en relación con esta primera COP presidida por un CEO de una empresa petrolera se manifestó en el tiempo transcurrido entre el traspaso de poderes entre el egipcio Sameh Shoukry y el emiratí Sultan Al Jaber, presidentes de la COP27 y COP28 respectivamente, quienes participaron juntos en la plenaria de apertura el jueves 30 de noviembre, y la primera decisión adoptada.

Un vínculo no solo visual y simbólico entre las dos COP, sino también político, ya que la nueva Presidencia buscaba desde el principio un resultado importante en lo que fue el tema de 2022: el nuevo fondo de compensación de pérdidas y daños. Se esperaba que durante esta COP, los delegados discutieran el trabajo realizado en los meses anteriores por el Comité de Transición, encargado de redactar un borrador del reglamento del nuevo fondo. La pregunta era si los delegados se arriesgarían a prolongar los plazos volviendo a abrir un texto ya blindado para muchos, pero que no le gustaba a casi nadie, comenzando por las dudas sobre el Banco Mundial como anfitrión y las preguntas legítimas sobre el respeto a los derechos humanos, o si irían directamente al paquete completo, un “tomar o dejar”.

A menos de tres horas del inicio de los trabajos, quedó claro que la Presidencia ya había llevado a cabo, con astucia, los pasos políticos necesarios para llegar rápidamente al resultado y que ese borrador fuera aprobado. De hecho, el miércoles por la noche, ya había aparecido entre los documentos de la UNFCCC un borrador de decisión en este sentido, en el punto 8.g del orden del día. Así que, como primer acto de esta extraña y poco común COP petrolera, vemos el tan esperado lanzamiento del Fondo de Pérdidas y Daños, a través de la adopción de la decisión en la primera sesión plenaria. Un escenario bastante inusual para una COP, donde las decisiones importantes suelen ser digeridas y remasticadas durante días. Un avance político, bien gestionado por los Emiratos en su deseo de imprimir velocidad y decisión al proceso, que deja insatisfechos a aquellos que esperaban una revisión al menos parcial de ese texto.

Como Italian Climate Network, lanzamos una campaña a finales del verano (#SottoiNostriOcchi), a la que se unieron influencers, activistas y autoridades locales, para pedir a los gobiernos del mundo, y especialmente al italiano, que contribuyeran al lanzamiento efectivo del Fondo como parte de la delegación europea y posiblemente con un primer aporte de start-ups. El jueves, la delegación europea en Dubai anunció un financiamiento europeo para el fondo, ya anunciado unos días antes por el Comisario europeo Hoekstra, por un monto de 225 millones de euros, de los cuales más de 100 provienen solo de Alemania (que el año pasado, además, anunció a través de su cooperación internacional una contribución de 170 millones de euros para el “rival” Global Shield, un sistema basado en esquemas de seguros y no en desembolsos) y aproximadamente 23 millones de euros de Dinamarca. De manera similar, los Emiratos Árabes Unidos anunciaron una contribución inicial de 100 millones de dólares, el Reino Unido 75 millones de dólares y Japón 10 millones de dólares. Casi al final de esta clasificación inicial y seguramente preliminar, los principales responsables históricos de las emisiones globales, Estados Unidos, se presentaron en Dubai con una miserable (éticamente hablando) contribución de 17,5 millones de dólares. La enésima retirada financiera estadounidense, aunque parcial en este caso, de sus responsabilidades históricas en términos de emisiones es quizás la mayor discordancia de este comienzo de la COP28. Cabe destacar, sin embargo, que menos de un mes antes, Estados Unidos había decidido impugnar el consenso sobre el texto alcanzado en el Comité de Transición, algo que no se repitió en el primer día de negociaciones.

¿Qué esperar de Italia?

¿Y qué pasa con Italia? Hasta ahora no hay indicaciones precisas sobre el papel desempeñado por nuestro país dentro de la delegación europea en apoyo a la decisión de hoy, ni certezas sobre el compromiso financiero italiano con el nuevo Fondo, que imaginamos presente de todos modos. Es importante señalar en este sentido que el camino hacia el nuevo Fondo ya estaba abierto por nuestro Gobierno desde hace algunos días, un hecho que se podía intuir por la Resolución aprobada (por la mayoría) el pasado 28 de noviembre en la Cámara de Diputados, que instaba al Gobierno a contribuir. El texto aprobado por los partidos del gobierno llegó después de la presentación de un texto sobre el mismo tema presentado por el Partido Democrático, que pedía, en cambio, que Palazzo Chigi se comprometiera con una primera contribución de 100 millones de euros al nuevo Fondo, una cifra que luego desapareció del texto efectivamente aprobado. Ahora debemos prestar atención a la intervención de la Presidente del Consejo Meloni en la jornada de los líderes, de la cual quizás podamos obtener novedades sobre la contribución italiana al Fondo y, al mismo tiempo, una esperada actualización sobre el Fondo Italiano para el Clima, que aún no se ha trasladado al Plan Mattei, pero que aún no está activo, a pesar del doble lanzamiento en 2021 y luego en la COP27 el año pasado.

Jacopo Bencini es Asesor de Políticas, Políticas Europeas y Multilaterales sobre el Clima de Italian Climate Network, socio de la Agencia de Prensa Juvenil.

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