Creatividad y voluntad ante el punto de quiebre de la humanidad: reflexión sobre el Día Mundial del Medio Ambiente.

Por Santiago Aldana Rivera (Colombia)

En las recientes décadas, la humanidad entendió que su permanencia en el planeta depende en su mayoría de sus acciones y el tipo de impacto que quiere generar, al encontrar que la naturaleza misma es capaz de rehacerse, remediarse, avanzar, evolucionar, resistir y adaptarse, cualidades que cuestionan la poca necesidad de la raza humana dentro ecosistema.

Esto entonces, permitió concluir que no estamos para salvar el planeta, sino para salvarnos a nosotros mismos. Recientes análisis antropológicos han manifestado que nunca antes la humanidad había tenido que enfrentar tantos diversos retos a la vez, denominando este periodo de la historia humana, como un “punto de quiebre”.

Este punto de quiebre, que se sale de retos que desde siempre hemos tenido, como superar el hambre o la pobreza, ahora son los que ponen en jaque lo que conocemos hoy en día del sistema económico, político y ambiental mundial.

Una prueba de ello, es la misma Agenda 2030, donde se contemplan 17 objetivos para incentivar el desarrollo sostenible, cuya redacción es la respuesta de un reto a una propuesta en miras de articular esfuerzos de todos los sectores.

Asimismo, los diferentes tratados internacionales suscritos e impulsados por diferentes actores, son prueba de la urgencia de actuar. Pero acaso ¿esto no lo veníamos venir?

De acuerdo a la reciente biografía de Alexander Von Humboldt escrita por la autora Andrea Wulf, desde que inició su expedición alrededor de 1799, su recorrido por todo el mundo le permitió identificar, por ejemplo, cómo se manifiesta el cambio climático. Adicionalmente, además de la extensa sabiduría de las comunidades indígenas, uno de los primeros esfuerzos para entender el reto que implica un desarrollo insostenible, provino del sector privado a través del Club de Roma, con el informe ’Los Limites del Crecimiento’ en 1972.

De la misma manera, a este informe se han unido más informes que proyectan escenarios catastróficos que concretan mejor a medida que la investigación y la ciencia avanzan; como sucede con el informe de Cambio Climático 1,5°C del Panel Intergubernamental para Cambio Climático (IPCC, sus siglas en inglés), en el cual afirma, en pocas palabras, que de no tomar una decisión firme y drástica sobre el consumo de combustibles fósiles, luego del 2030, alcanzar un aumento de temperatura superior a 1,5°C será para la humanidad el inicio de un final que cobrará muchas vidas y que ampliará mucha más la inequidad que actualmente vivimos.

Así, el mundo se ha divido en quienes tienen voluntad, quienes no ven otro futuro posible y quienes no creen en lo que sucede. Esta situación, si bien es problemática en el sentido de que fractura el propósito que como humanidad deberíamos tener de revaluar nuestro fin en la tierra, como lo hicimos al iniciar la era industrial, aún la esperanza se mantiene cuando se plantean alternativas sustentables a partir de la creatividad y no propuestas por el desarrollo.

Esta diferenciación es crucial, porque esta crisis planetaria se resume en que debemos adoptar una dieta en el consumo de energía y de recursos urgentemente. entonces, el desarrollo primero debe cuestionarse para quien se quiere el desarrollo, cómo lo logrará y de qué forma garantizará su continuidad.

Finalmente, tesis y visiones nuevas son lo que se han planteado que, al igual, se han refutado, pero que independientemente del modelo y proyecto que se implemente, necesitamos actuar, con creatividad y voluntad.

Afortunadamente, cada vez son más las empresas que incorporan modelos sostenibles a sus propuestas de mercados, pregrados, maestrías y doctorados enfocados a investigar y gestionar las consecuencias de nuestro impacto, lo comunitario toma mayor relevancia, las futuras generaciones son más conscientes, la investigación abre su campos para trabajar conjuntamente, se plantean políticas públicas con miras a una transición justa y participativa y así, sucesivamente, más alternativas se van construyendo para seguir celebrando el Día Mundial del Ambiente.

Pdta: Apostemos por pensarnos el ambiente en su forma completa y no como un “medio” ambiente. El uso del lenguaje es crucial para darle la importancia que se merece.

Documental ‘El Aire Que Respiro – Caso Bogotá’: https://www.youtube.com/watch?v=v_gxCdbYT0E&feature=youtu.be

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *