El regreso de Brasil a las negociaciones

El jueves 10 de noviembre de 2022 se celebró un acto en la COP27 en el que se debatieron los planes de políticas medioambientales del recién reelegido presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

Por Federica Dossi

Traducción: Wendy Toro

La elección de Lula reavivó la esperanza en cuanto a la deforestación, y se habló mucho de estas promesas y esperanzas en una reunión en la que estuvieron representados todos los mundos implicados en las cuestiones medioambientales brasileñas. En representación del mundo político: Nilto Tatto, político brasileño, afiliado al Partido de los Trabajadores (del que Lula es miembro fundador) desde principios de los años 80. En representación del mundo científico: el profesor Carlos Nobre, científico y meteorólogo brasileño, autor de los informes del IPCC. Representando el mundo de los pueblos indígenas: Célia Xakriabá, educadora y activista indígena.

Ya en su discurso de victoria, el presidente prometió la deforestación neta cero, la protección de los pueblos indígenas y la revisión de los objetivos de emisiones para alinearlos con los del Acuerdo de París. Estas promesas son alcanzables, Nobre destacó que la reducción del 50% de las emisiones para 2030 puede ser alcanzada por Brasil, ya que el 50% de las emisiones del país provienen de actividades de deforestación y el 28% de la agricultura.

Si Brasil alcanza el 0% de deforestación causada por el cambio de uso de la tierra en los próximos 4 años, será uno de los primeros países del mundo en alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. 

Para hacerlo realidad, dice Tatto, el presidente se centrará en la lucha contra la deforestación ilegal y las actividades extractivas y en los métodos de agricultura regenerativa. Son un gran problema, ya que el 90% de la deforestación que se produce en el Amazonas es ilegal. Tatto señala que estos altísimos porcentajes se lograron bajo el gobierno corrupto del expresidente Jair Bolsonaro, que facilitó el accionar de estos criminales y la violencia contra los pueblos indígenas con sus políticas de recorte de fondos de la Agencia Nacional de Medio Ambiente, derogación de leyes, aprobación del uso de miles de pesticidas y complicidad absoluta con las grandes empresas agrícolas que invadieron tierras protegidas.

Por último, Xakriabá subrayó que no es posible afrontar la crisis climática sin abordar la cuestión de la Amazonia. Ya no es posible posponerlo porque “no hay planeta B”, repitió el activista. La agenda de Bolsonaro ha ido no sólo contra los principios básicos de la democracia y la humanidad, sino también contra la diversidad cultural.

La violencia contra los pueblos indígenas debe cesar porque, dice Xakriabá: “Somos menos del 5% de la población mundial, pero protegemos el 80% de la biodiversidad del planeta”.

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