La Misión de la COP24: Transformar el Acuerdo de París en una realidad

Por: Jacobo Bencini de la Red Climática Italiana, socio de la Agencia de Joven de Noticias. Traducción: Carlotta Zaccarelli y José Jara.

2018 probablemente sea recordado como un año crucial para nuestro planeta. Sin embargo, el camino que conduce a Katowice está cubierto de CO2, carbón en verdad, y esas no son buenas noticias.

Desde el 3 al 14 de Diciembre, la capital minera de Silesia será anfitriona de la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP24). Líderes mundiales se encuentran aquí para aprobar el llamado “Libro de las Reglas del Acuerdo de París”, que desarrollará las medidas y procedimientos necesarios para operacionalizar el acuerdo. Este fue firmado en 2015, entró en vigor en 2016 y con optimismo será efectivo desde el 2020.

Sin embargo, las últimas sesiones de negociación no fueron muy alentadoras. Durante el encuentro de Mayo de este año en Alemania, los negociadores fueron forzados a organizar una sesión complementaria en Bangkok, en Septiembre, como resultado de las insuperables fricciones entre los Estados en algunos puntos clave de negociación, como ser el financiamiento climático y la medición de progresos.

Hacia el final de las sesiones, la Secretaria de la UNFCCC Patricia Espinoza declaró que las negociaciones no han tenido una resolución. El borrador del libro de las reglas, ahora de 307 páginas de largo, será lanzado por los delegados en Katowice con muchas cuestiones sin resolver, y esto probablemente resulte en largas noches de insomnio para los negociadores. Muchos de los observadores se preguntan si la COP24 llevará a algún resultado sustancial.

El Libro de las reglas es fundamental para la operacionalización del Acuerdo de París a partir del 2020. Este deberá garantizar la transparencia de los procedimientos y la comparabilidad de las medidas adoptadas por todos los Estados. Además, deberá establecer cuál será el criterio sobre cómo serán evaluadas las acciones de los Estados y el monitoreo de sus políticas hacia el acuerdo. Esto ayudará al logro del primer punto del acuerdo: mantener el incremento de la temperatura global, comparada con niveles pre-industriales, en 2°C, o mejor en 1.5°C.

Aun así ¿Qué tipo de información se necesitará para evaluar las acciones de los Estados? ¿Cómo se mejorarán las contribuciones nacionales con el correr del tiempo? ¿Habrá diferencias en las metodologías de monitoreo para los países en vías de desarrollo y desarrollados? Todas estas cuestiones aún permanecen sin respuesta.

Más allá de las dudas, la buena noticia es que el 2018 es el año del Diálogo de Tanaloa. Tanaloa es un concepto pacífico usado para referir a un proceso transparente e inclusivo que fue introducido por la Presidencia de Fiji en la COP23. La Secretaría de Naciones Unidas se ha inspirado en él y ha lanzado un experimento participativo con actores de gobierno y de la sociedad civil para la COP24. En los meses anteriores, más de 90 eventos nacionales, regionales e internacionales han sucedido como expresión de Diálogo de Tanaloa. Muchos de ellos han hecho foco en las buenas prácticas y las soluciones innovadores para proteger el ambiente. En este contexto, el Encuentro de Acción Climática Global en Septiembre se posiciona entre el más significante como representante de la respuesta de los ciudadanos estadounidenses hacia la decisión de abandonar el Acuerdo de París por decisión de Donald Trump. Pero, la positiva participación de ciudadanos, de organizaciones e industrias no pueden desviar la atención del hecho del incremento de emisión de gases de invernadero en el planeta. El Impacto del cambio climático actualmente está causando sufrimientos, injustos pero evitables, hacia las poblaciones más vulnerables.

La COP24 demostrará al mundo cuán efectivo será el trabajo multilateral para construir una comunidad más sustentable. Demostrará nuestra habilidad de crear un modelo de desarrollo que sea radicalmente diferente al que la sociedad occidental ha seguido tan firmemente en el siglo pasado.

Hace algunas semanas atrás, el Informe del IPCC nos recordó cuán urgente es que comencemos a tomar conciencia sobre la urgente situación del planeta. Solo tenemos 10 años para proteger el planeta y dejarlo tal cual lo vemos hoy.

El Diálogo de Talanoa se estructura en torno a 3 preguntas clave: ¿Dónde estamos parados? ¿A dónde queremos ir? ¿Cómo llegaremos allí? Si la ciencia puede proporcionar respuestas significativas a la primera y la tercera pregunta, ahora depende de los delegados nacionales en Katowice decirle al mundo que la política no ha cambiado de idea en la segunda. No queda tiempo: la COP24 necesita transformar las promesas de París en realidad.

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