La lucha quilombola en la COP 27

Una verdadera acción transformadora para la justicia climática.

Por: Amanda Costa

Traducción: Alejandra Tellez y Wendy Toro

Hola mis bellezas climáticas 🙂

Soy activista climática y sigo esta agenda desde 2017, cuando comencé a investigar un proyecto de iniciación científica durante mis estudios en Relaciones Internacionales, en la Universidad Anhembi Morumbi (UAM). Fue en ese mismo año que participé en la COP23, en Bonn, Alemania, y comprendí más profundamente la complejidad del sistema en el que estamos y la importancia de territorializar la agenda.

Desde entonces, mis procesos de participación en las conferencias de la ONU se basan en una pregunta: “¿Cómo puedo traer a gente como yo a este entorno?”.

Han pasado cinco años y he notado pequeños avances. La delegación de la sociedad civil brasileña dejó de estar compuesta únicamente por hombres blancos ricos, heterosexuales y cisgénero, y empezó a tener un público un poco más diverso.

Sin embargo, en ocasiones siento que temas tan urgentes y emergentes como éste, que son obvios para la mayoría de las personas jóvenes y personas pertenecientes a grupos vulnerables, siguen estando dentro de una pequeña burbuja blanca y privilegiada.

En 2021, el movimiento negro brasileño participó por primera vez en una COP, en Glasgow – Escocia. Hicimos una agenda juntos, con responsables del gobierno brasileño, miembros de la sociedad civil y representantes del gobierno del Reino Unido.

Debido a la agenda internacional, recuerdo haber escuchado a los extranjeros preguntar:

¿Quiénes son los quilombolas?

Nosotros respondimos:

Comunidades formadas por descendientes de esclavos negros fugitivos en Brasil que luchan por el derecho a la tierra.

Entonces el grupo respondió:

¡Vaya! Pensábamos que sólo la población indígena luchaba por esta causa.

Querido lector, ¡este diálogo me marcó profundamente! Como mujer negra, de la periferia de Brasilândia, ya siento los impactos de la crisis climática en mi piel y sé que este efecto se potencia en las comunidades quilombolas.

“Sin las comunidades quilombolas, no hay negociación climática”. (Katia Penha)

Ayer, 8 de noviembre de 2022, la CONAQ – Coordinación Nacional de Articulación Quilombo ocupó el panel del  HUB DE ACCIÓN CLIMÁTICA DE BRASIL, siendo una poderosa herramienta de defensa de los derechos de las comunidades quilombolas. La institución fue creada hace 26 años, pero esta lucha viene de mucho más tiempo.

Con el gobierno de Jair Bolsonaro, las violaciones en los territorios quilombolas se hicieron cada vez más frecuentes. Actualmente, Brasil tiene más de 1.200 emprendimientos irregulares en tierras quilombolas, lo que ya provocó la muerte de varios líderes.

Para detener este retroceso, es importante: 1) Demarcar y regularizar los territorios quilombolas; 2) Preservar la biodiversidad para preservar el futuro; y 3) Colocar la cuestión del racismo ambiental en el centro del debate climático.

Espero que ennegrezcamos las mentes de aquellos que son racistas. Que sigamos luchando en una nueva coyuntura que se dibuja en el ahora. ¡Estamos aquí para “inquilinizar” la COP!

“Somos la resistencia de la emergencia climática”. 

(Kátia Penha – Activista Ambiental Quilombola)

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