La ciencia demuestra que la cosmovisión indígena ayuda a la protección climática

Por Ana Nieves, Fundación porCausa en colaboración con Agencia Joven de Noticias

Estudios científicos demuestran que los pueblos indígenas protegen mejor la tierra frente a la emergencia climática.

Los territorios de la cuenca amazónica están amenazados por los incendios, los monocultivos y las malas acciones de los gobiernos. Representantes de la COICA denuncian que no se incluye a los indígenas en las negociaciones de la agenda climática.

Varios estudios científicos revelan cómo, a pesar de que el planeta se enfrenta a una emergencia climática, las zonas habitadas por los pueblos indígenas presentan menor cantidad de emisiones de carbono y de deforestación y devastación del territorio.

La comunidad científica refleja ahora con datos lo que los indígenas llevan denunciando durante años. Desde la COP15 en Copenhague, Woods Hole Research Centers, en colaboración con la COICA, ha llevado a cabo una investigación que refleja cifras como que solo el 1,5% de la deforestación total del Amazonas se encuentra dentro de las regiones indígenas, demostrando una gran distancia entre los diferentes espacios que conforman la cuenca amazónica.

A pesar de que los territorios indígenas han demostrado ser una barrera efectiva contra la deforestación, Ane Alencar de IPAM denuncia que siguen enfrentándose a amenazas e invasiones que han provocado, por ejemplo, que se quemara casi el 8% del parque indígena de Xingu, uno de los más importantes de Brasil. “Los bosques son más propensos al fuego ahora, y la causa es el cambio climático, pues la población de estos lugares no ha crecido como para provocar más factores que lo alimenten.”

También alrededor de las comunidades indígenas la temperatura es más fría que en otras regiones, donde aumentan constantemente los grados centígrados. Las comunidades indígenas contribuyen a la protección de los bosques porque son conscientes de que actúan como reguladores del clima y que su permanencia asegura el balance energético de la tierra.

A través de herramientas como los mapas de RAISG, los ponentes demuestran cómo los pueblos originarios conservan los territorios en los que viven millones de especies de flora y fauna.

La COICA lidera la defensa de los derechos territoriales pero se enfrenta, según Robinson López, a una gran problemática conformada por el ecocidio, incrementado por la emergencia climática y humanitaria, la expansión de la frontera agrícola, los cultivos ilícitos de bosques, o los incendios forestales. Estos últimos son “resultado de las malas acciones de los gobiernos, que llevan a cabo políticas regresivas, provocando que el Amazonas haya perdido 2,5 millones de hectáreas solo en agosto”. Además, los ponentes advierten que el 17% del bioma amazónico está deforestado, y que a partir del 25% será irreversible. La COICA clama a los presentes en la COP25 a que incluyan los derechos de los pueblos indígenas en la agenda climática, pues son quienes proponen un programa que garantiza y salvaguarda la vida de los pueblos. La protección de la vida en la amazonia representa la protección de millones de habitantes en el planeta, por lo que “debemos realizar esfuerzos conjuntos, y permitir la participación a través de diálogos incluyentes entre gobiernos e indígenas”, ya que se sienten “como invitados de palo” y no son partícipes en la toma de decisiones.

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