La alianza de países productores de petróleo amenaza las negociaciones sobre cambio climático

Por Elisa Calliari y Roberto Barbiero, Traducción Carlotta Zaccarelli y Magdalena Gavier

La primera semana de la Conferencia de las Partes (COP24) ha llegado a su fin. Ahora las delegaciones gubernamentales tendrán que resolver las cuestiones más espinosas que los técnicos han dejado abiertas. Lamentablemente, no son pocos. Como ha subrayado el presidente de la Conferencia de la ONU, Michal Kurtyka, al hablar del proceso de definición de las reglas de funcionamiento del Acuerdo de París, “todavía queda mucho por hacer para alcanzar un resultado equilibrado”.

La COP24 tiene por objeto aprobar el llamado Libro de Reglas de París (Paris Rulebook en inglés), que es el conjunto de normas y mecanismos necesarios para que el Acuerdo de París sea operativo a partir de 2020. No todos los detalles deben ser resueltos en Katowice, pero es fundamental trazar las directrices sobre cómo los signatarios deben implementar y reforzar sus programas ambientales – las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional o NDCs – a partir de 2020. También es crucial definir los criterios necesarios para la creación de la estructura institucional que apoyará y resguardará los objetivos del Acuerdo de París.

La única decisión adoptada hasta ahora se refiere a la duración de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional o NDCs, que deben ser compartidas por todos los países a partir de 2031. En el pasado, cada estado adoptó un calendario diferente, planificando alcanzar la meta en 2030 o en 2050; pero existen otros temas importantes sin resolver. ¿Qué información debe contener el plan nacional de medio ambiente para que sea adecuado para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París? ¿Cómo deben comunicar los Estados sus resultados? ¿Cómo funcionará el Balance Global? A pesar de los avances, el consenso en torno a una respuesta única a estas preguntas sigue estando muy lejos. El Presidente de la COP24 ha invitado a los negociadores a llegar a un acuerdo sobre cuestiones técnicas el día martes 11 de diciembre, asumiendo la responsabilidad de otorgar personalmente mejoras en la discusión sobre los temas más controvertidos, como el financiamiento climático.

El estrés y la insatisfacción de muchos al final de la semana dedicada a las negociaciones técnicas se pone de manifiesto por la posición preocupante que algunos países (especialmente Estados Unidos) han adoptado en relación al IPCC (Informe Especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). La investigación del IPCC sobre las consecuencias del calentamiento global a 1,5°C ha sido una de las más discutidas durante las conferencias y los eventos paralelos de la semana pasada. Por una u otra razón, todos aquí en la COP24 han mencionado los efectos catastróficos que experimentaremos si la temperatura global sube más de 1,5°C.

Incluso la Presidencia polaca se ha referido al informe en la controvertida Declaración de Silesia publicada al comienzo de la Conferencia de las Naciones Unidas. La Declaración establece claramente la necesidad de emprender un proceso de descarbonización, pero al mismo tiempo reconoce lo difícil que será conceder un futuro digno a los trabajadores afectados por la transición a una economía más verde.

El sábado por la noche Arabia Saudita, Kuwait, Estados Unidos y Rusia (los mayores productores de petróleo del mundo) desafiaron la validez del informe del IPCC de 1,5°C. Además, los cuatro países insistieron en que la declaración decía que la investigación del IPCC sería “tenida en cuenta” en lugar de “acogida” en futuros documentos vinculantes sobre el cambio climático. “Tener en cuenta” significa considerar la investigación como parcialmente importante, reduciendo o incluso cancelando el significado de sus datos. Por el contrario, “acoger” significa integrar los resultados de la investigación en los procesos de negociación y sentir más fuerte que nunca la necesidad de abandonar el modelo económico basado en los combustibles fósiles para limitar el calentamiento global. Los próximos días serán decisivos. Veremos si el resto de los países debilitan las posiciones saudí, kuwaití, norteamericana y rusa, calificadas de “ridícula” por el delegado de Saint Kitts y Nevis.

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