COP25: Los pueblos indígenas exigen más participación

Por Ana Nieves, Fundación Por Causa en colaboración con Agencia Joven de Noticias

Los pueblos indígenas de América del Sur cuidan y protegen la tierra desde hace miles de años. La cosmovisión indígena analiza el mundo con una visión integral, necesaria para la lucha contra el cambio climático.

Los pueblos originarios denuncian que no existe una vía efectiva para actuar en las políticas públicas.

Un tema que ya se escuchó el primer día de la COP25 (Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático que tiene lugar del 2 al 13 de diciembre en Madrid) fue el de la participación de los pueblos indígenas en la toma de decisiones gubernamentales sobre cómo preservar los recursos del planeta.

Durante el side event “Acción climática global: derechos indígenas, territorios y recursos”, los representantes de organizaciones indígenas de diferentes países de América del Sur, señalaron que “los pueblos indígenas de la Amazonia se enfrentan desde hace años a la deforestación y a la persecución y asesinato de líderes indígenas que intentan proteger sus territorios”. Las violaciones de derechos humanos y la destrucción de los ecosistemas que conforman el pulmón del planeta, deben dejar de ser vistos como un problema del Amazonas, para empezar a actuar en base a lo que es: un problema a nivel mundial.

Organismos como la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) trabajan protegiendo territorios, defendiendo derechos y creando protocolos de consulta que pongan el valor los saberes fundamentales que ostentan los pueblos originarios para mitigar el cambio climático. Sin embargo, cuando quieren llevar a cabo cambios frente a las políticas regresivas de gobiernos como el de Colombia, Ecuador o Perú, se encuentran con la negativa de sus propios países. Los intereses económicos, junto con elementos externos como los megaproyectos, las concesiones energéticas y las entradas violentas a territorios indígenas se llevan a cabo con el respaldo del gobierno, que permite que se arrasen las tierras y contaminen los ríos, provocando incluso nuevas enfermedades en mujeres y niños, a los que se les han encontrado restos de mercurio en el organismo, por ejemplo.

Gracias a la cosmovisión indígena, que es capaz de ver y actuar sobre los campos afectados de una manera integral (uniendo clima, consumo, relaciones humanas), estas comunidades llevan miles de años protegiendo la tierra. Ahora, desarrollan informes de agenda ambiental para establecer políticas y programas que defiendan los derechos de la tierra y la gente que la habita.

Sin embargo, a pesar de que existen protocolos como la consulta previa, instaurada en seis de los nueve países que representa la COICA, este mecanismo es un mero formalismo, pues a la hora de la verdad los proyectos de las multinacionales se adelantan a esta consulta, que permitiría conocer y vincular las decisiones de los pueblos indígenas amazónicos con sus visiones de desarrollo. Actualmente no existe voluntad política a la hora de actuar y proteger la Amazonía, por eso organizaciones como Climate Change trabajan junto con los pueblos indígenas para exigir nuevos protocolos de consulta que realmente recojan las iniciativas que estos pueblos tienen. Debe haber una vía para entregar las decisiones a los gobiernos, ya que todo el trabajo que hacen las comunidades amazónicas no sirve de nada si no se emprenden acciones legales conjuntas y se les entrega, de manera legal, la propiedad de esos territorios.

Es necesario desarrollar una auscultación efectiva que escuche realmente a los pueblos, así como formar una mesa de diálogo donde los indígenas puedan desarrollar las políticas de cambio en las que han trabajado a nivel global, no se pueden llevar a cabo planes sobre territorios que no tengan en cuenta a los actores que viven en ellos.

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