Celebración del Día Mundial de la Vida Silvestre

Por: Juan Sebastián Castellanos y Diana Carolina Caicedo E (Colombia)

Recordemos nuestro deber de preservar y utilizar de forma sostenible la gran variedad de vida en el planeta. Trabajemos por mantener una relación más solidaria, considerada y sostenible con la naturaleza.

António Guterres

El pasado 3 de marzo se celebró el Día Mundial de la Vida Silvestre. En este día Colombia resalta por ser un referente en biodiversidad en el mundo entero, no solo por la posición geográfica privilegiada que ocupa, sino también porque la mayor parte de su territorio nacional se encuentra compuesto por zonas rurales, bosques, paramos, humedales, valles, desiertos, ríos, montañas, volcanes, océanos y selvas; de los cuales muchos hoy en día son reservas naturales y se encuentran protegidas.

En la actualidad el Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia está conformado por 58 áreas protegidas, de las cuales, 42 de ellas son Parques Nacionales Naturales, 12 han sido designados Santuarios de Fauna y Flora, 2 Reservas Nacionales Naturales, 1 Vía Parque y 1 Área Natural Única.

Colombia es un lugar donde la vida silvestre se ha logrado desarrollar con facilidad. De acuerdo a las cifras de la WWF, a lo largo y ancho del territorio nacional se cuenta con 54.870 especies entre animales vertebrados, invertebrados, plantas y vegetales de las cuales desafortunadamente, 173 especies se encuentran en peligro crítico, 390 están en peligro de extinción y 640 en condición de vulnerabilidad.

Con lo anterior, vemos con preocupación que cada vez son más los actos que atentan contra estas especies, tanto legales como ilegales. Este es el caso  del aumento indiscriminado del tráfico ilegal de especies silvestres, el posible uso de glifosato para la erradicación de los cultivos ilícitos, el aumento exponencial de la deforestación y el incremento de la explotación de minerales y combustibles fósiles (incluyendo los proyectos pilotos de fracking)en el país, entre otros, lo cual representan a un enemigo latente que atenta contra nuestra fauna y flora silvestre y el potencial cultural derivado de la biodiversidad del país.

Se observa como este tipo de practicas lesivas contra el ambiente deterioran enormemente nuestros ecosistemas, provocando incluso la extinción de animales como los Osos de Anteojos, el Tigrillo, el Condor de los Andes, entre otros. Por lo cual hacemos un llamado urgente a la necesidad de hacer un control frente a esta problemática e invitar a denunciar ante las autoridades ambientales cualquier hecho que atente contra nuestra riqueza natural; para que juntos logremos erradicar este flagelo que aqueja a nuestro entorno ambiental.

Es claro que detrás del deterioro ambiental existe gremios y corporaciones que buscan lucro. Por esto, es importante incluir en la reflexión el rol de la Policía Nacional y la Fiscalía para el caso de Colombia, las cuales son encargadas de atender y judicializar delitos ambientales, en busca de apoyar la labor de las autoridades ambientales; las cuales cada vez tienen menos capacidades para atender la amplia gestión ambiental en los territorios.

Por ejemplo, en el 2020, la Policía Nacional incautó un total de 19.596 ejemplares de fauna silvestre, para un promedio de 54 diarios. Durante 2019 se recuperaron 1.187 animales adicionales y para el 2018 fuero 34.794. En total, las autoridades reportaron 97.663 especies en los últimos cuatro años.

Si bien esto es un avance, aún la acción de esta entidad no alcanza a ser relevante y no logra mermar el impacto en el ambiente que se provoca por las problematicas como las anteriormente mencionadas, entre otras cosas por la poca confianza y la minima incidencia en el progreso de casos de protección a la fauna silvestre el cual es mínimo frente a las verdaderas cifras que el sistema no alcanza a reconocer. Adicionalmente, se suma que el actual marco normativo en delitos ambientales es obsoleto para judicializar de manera ejemplificante a las industrias detrás de la explotación insostenible de nuestros ecosistemas y su biodiversidad.

Por esto, adicionalmente consideramos que las acciones que se emprendan, sobre todo en abordar los delitos ambientales, deben ir articuladas con la gestión social que se realiza desde los movimientos sociales y ambientales, en común unión con la sociedad civil en general y los entes gubernamentales, bajo nociones de justicia ambiental y en la defensa de los derechos humanos. Hoy en día muchos de los operativos que se hacen en el país para evitar el deterioro ambiental se judicializan a las comunidades y no a los actores que financian la degradación ambiental. Por esto, es clave generar marcos de confianza reales en gobernanza ambiental, donde el aprovechamiento de recursos impulse alternativas de sostenibilidad para las comunidades más vulnerables en su autonomía y soberanía territorial.

Autores (Molina,2014) han declarado que, la gobernanza ambiental y los movimientos sociales se hayan relacionados, muchas veces en su accionar, en la práctica, y se responde usualmente a las necesidades de la población de hacer frente a lo que se considera como la vulneración de sus derechos y, en no pocas ocasiones, a daños al medio ambiente. Además, en ocasiones, el propio Estado se muestra inerme, da respuestas lentas o se convierte en una amenaza para las comunidades que debería proteger.

Y es aquí donde queremos reflexionar sobre los retos que tenemos nosotros como jóvenes para proteger a la gran biodiversidad que nos rodea, en especial aquellas especies que están amenazadas. Debemos incidir de manera directa con acciones claras y concisas en la transformación social en aras de lograr una sociedad mucho más consciente con la protección de nuestra tierra.  Por esto debemos movilizarnos y llamar a las autoridades correspondientes para que adopten las medidas necesarias tendientes a lograr la debida protección a estas especies silvestres que día a día se encuentran en peligro.

Entre muchas de las acciones que podemos realizar adicionalmente, están: i) concientizar a niños, niñas, adolescentes y adultos en el respeto por la vida de la flora y fauna silvestre   implementando mecanismos de enseñanza  que permitan transmitir a través de la educación el mensaje de  cuidado y protección de la vida silvestre que trae muchos beneficios a la vida en nuestro planeta; ii) buscar implementar herramientas que permitan incentivar la participación y el voluntariado en iniciativas a favor de la vida silvestre en Colombia para así lograr que se dé el debido cuidado a los recursos ambientales y los hábitats de los animales permitiendo incluso lograr encaminar acciones en favor de enfrentar los efectos del cambio climático, el cual es una crisis que pone en jaque la biodiversidad del país.

Como lo menciona UNICEF, ya sea a través de la educación, la tecnología, la ciencia o la ley, jóvenes de todas partes están aprovechando sus habilidades enfrentar las crisis socio ambientales. Nuestro gran reto entonces, debe ser que Colombia no sea solo conocido como el segundo lugar más biodiverso del mundo, sino por el que mejor conserva, protege y aprovecha de manera sostenible sus recursos. Por lo cual es importante que tomemos las banderas de la defensa del ambiente y seamos la voz de los que no tienen voz.

Finalmente queremos invitarlos a conocer más sobre como proteger a nuestra fauna silvestre a través de nuestros conservatorios que se transmitirán por el  facebook live de la Alianza Global de Jóvenes Políticos de Colombia, que se comenzaran a realizar desde el próximo 26 de marzo de 2021 a las 6:00 p.m cada dos semanas. ¡No se lo pierdan!


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