Cambio climático, migración y salud global: buscando el eslabón perdido

Por Paula Bonfatti y Camilla Perotti. Traducido por: Jhoanna Cifuentes

En las últimas décadas, hemos visto que el cambio climático desempeña un papel cada vez más importante en la migración y el desplazamiento. Los desastres naturales, las olas de calor extremas, las sequías, las inundaciones, la escasez de agua y la infertilidad del suelo son algunas de las razones que llevan a la migración. Solo en 2015, de los 27,8 millones de personas desplazadas en todo el mundo, 19,2 millones se debieron a desastres naturales en 113 países, según el estudio de Cambio climático, migración y desplazamiento de Greenpeace (2017).

Aunque la sociedad civil y los gobiernos ya entienden y comienzan a abordar los problemas de la migración y el cambio climático, existe otra conexión que no está recibiendo tanta atención: la salud mundial. Sólo ahora la comunidad del área de la salud pública se está dando cuenta de que un obstáculo importante para la salud mundial es el cambio climático. Se han realizado pocos intentos para considerar la compleja relación entre el cambio climático, la migración y la salud como un problema integrado. Durante el panel “Desplazamientos inducidos por El Niño: un problema de salud pública”, los especialistas destacaron la importancia de asociarse con las organizaciones e iniciativas de base, al darse cuenta de que los avances logrados en los foros internacionales no reflejan las realidades locales.

“El problema es que estos tres temas (salud pública, migración y cambio climático) se están trabajando independientemente el uno del otro y cada uno está produciendo sus propios instrumentos, políticas de desarrollo, iniciativas y a veces, trabajando en grupos separados sin conocer lo que se está haciendo en los otros grupos”, declaró durante el panel François Gemenne de la Universidad de Lieja, especialista en geopolítica ambiental y dinámica migratoria.

Según Gemenne, el vínculo insuficiente entre los tres temas puede llevar a resultados contraproducentes y esto ya sucede en las negociaciones sobre migración y clima, la primera destinada a frenar y limitar la migración y la segunda a empujar a las personas a migrar para adaptarse. “Incluso en ausencia de un juicio político sobre hacia dónde nos dirigimos, uno puede ver la contradicción entre estos dos procesos políticos”, subrayó Gemenne.

Como argumenta Nick Watts, profesor asistente del University College de Londres, en lo que respecta a la salud, también es fundamental tener en cuenta la “correlación de riesgos previamente no correlacionados”. Varios factores pueden poner a las comunidades en peligro: desnutrición causada por inundaciones, problemas mentales como consecuencia de desastres climáticos, propagación de enfermedades.

Un ejemplo evidente de esta relación entre el cambio climático y los peligros para la salud es lo que sigue a los eventos de El Niño. El Niño es un fenómeno meteorológico cuyas consecuencias han sido reconocidas por milenios, pero sólo a principios de la década de 1990, cuando el fenómeno comenzó a ser más fuerte, los estudios y las investigaciones comenzaron a abordarlo.

Cada cinco años aproximadamente, El Niño y La Niña causan, respectivamente, un aumento o una reducción de la temperatura del agua en el Océano Pacífico, con consecuencias como una mayor tasa de precipitaciones, un aumento del nivel del mar, inundaciones, etc. Aunque los dos fenómenos no son predecibles, en los últimos treinta años no solo se han vuelto más fuertes, sino más frecuentes, ocurriendo incluso más veces en el mismo año y en lugares donde nunca antes habían ocurrido.

El motivo de estos cambios ha sido atribuido al cambio climático y las acciones humanas que los influencian. Además de las consecuencias sobre el territorio, la agricultura y la producción de alimentos, recientemente se han registrado secuelas sobre la salud mundial y la propagación de enfermedades infecciosas. Por lo tanto, no sólo el número de personas muertas, heridas o desplazadas por desastres climáticos que ocurren como consecuencia de El Niño son extremadamente alarmantes, sino también la transmisión de enfermedades como la malaria, el dengue y el zika.

Como señaló Antoine Flahahult, profesor de la Universidad de Ginebra, la propagación de la fiebre del Zika en Brasil se ha reconducido científicamente a un fuerte episodio de El Niño en 2015, como ocurrió con la oleada de influenza española en 1918 que fue causada por una episodio intenso del fenómeno de La Niña. Esta última también provoca una menor tasa de lluvias, que se ha observado como una causa de la diarrea aguda en niños de África. La correlación entre la escasez de lluvia y la propagación de la diarrea aún no se ha entendido por completo, pero se supone que la falta de agua puede conducir a una falta de higiene que puede causar la enfermedad.

Fuera de las salas de negociación y en marcha para la acción.

La separación entre el progreso que parece estar teniendo lugar este tema en los foros internacionales y, por otro lado, el progreso que está dando sobre el terreno muestra cómo los responsables de la política internacional, los investigadores y la CMNUCC pueden ser alienados por lo que sucede fuera de las salas de negociación en la COP.

“A veces permanecemos demasiado encerrados en la burbuja de la COP y no lo suficientemente conectados con las organizaciones locales y los responsables de las políticas locales que están respondiendo a estos problemas sobre el terreno”, subrayó Gemenne.

En 2015, el Acuerdo de París reconoció la adaptación al cambio climático como una parte crucial de la acción climática, estableciendo un grupo de trabajo para desarrollar recomendaciones de enfoques integrados para evitar, minimizar y abordar el desplazamiento relacionado con los impactos adversos del cambio climático.

Según el texto oficial, el grupo de trabajo “complementará, aprovechará la labor e incluirá, según corresponda, los órganos existentes y grupos de expertos en virtud de la Convención, así como las organizaciones pertinentes y los órganos de expertos ajenos a la Convención, para elaborar recomendaciones de enfoques integrados para evitar, minimizar y abordar el desplazamiento relacionado con los impactos adversos del cambio climático”.

Sin embargo, Gemenne es crítico con el grupo de trabajo, ya que no está abierto a otros grupos que normalmente no están presentes en las negociaciones. “Debemos darnos cuenta de que hay otras discusiones fundamentales sobre estos temas que se están llevando a cabo fuera de la COP y tenemos que acercarnos a ellas, porque si no lo hacemos, cualquier progreso que hagamos en estas salas perderá sentido en el terreno, porque no se combinará con un progreso similar en los procesos de negociación en otros foros multilaterales a nivel global y local”.

Finalmente, el título utilizado por Gemenne para su presentación puede explicar fácilmente la necesidad de conectar la salud planetaria, el cambio climático y la migración, porque “un trío es más sano que un triángulo amoroso”.

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