Pensando el #FridaysForFuture (Viernes por el futuro)

Por José Manuel Jara (Argentina) y Santiago Aldana Rivera (Colombia)

Día a día las nuevas generaciones nos demuestran que las esperanzas no están perdidas y que el futuro puede ser mucho mejor de lo que nos imaginamos. Ellos demuestran su voluntad y, sobre todo, mayor conciencia que las generaciones actuales sobre la amenaza real del cambio climático.

En el actual escenario, tenemos políticos que aún no creen que el cambio climático es real y hacen la mirada a un costado a la hora de planificar un desarrollo económico, social y ambiental para su país; en cambio, por otro lado, tenemos tantísimos jóvenes movilizados alrededor del mundo que realmente creen en un planeta mejor para todas y todos.

Prueba de ello fue el pasado 15 de marzo, fecha que pasará a la historia como aquel día en que alrededor de 1,5 millones de personas en 125 países en los 7 continentes se movilizaron por el cambio climático.

Todo esto inspirado en la lucha de una joven sueca que, con tan solo 16 años, fuera de hacer lo que una joven a su edad haría normalmente un viernes, llamó la atención alrededor del mundo.

Esta joven sueca llamada Greta Thunberg, tan solo hace unos meses atrás su plan era pararse con su cartel de protesta en el Parlamento sueco a reclamar por mayor acción a su Gobierno por el cambio climático. Viernes a viernes logró captar la atención de otros jóvenes que se unieron a su protesta, y sin darse cuenta, motivó lo que pasó el 15 de marzo de 2019, bajo el nombre de “Global Strike for Future – Friday For the Future”.

Jóvenes de diferentes contextos, decidieron marchar por un futuro mejor, para reclamar su derecho a un ambiente sano. De nuevo, pensemos que estábamos haciendo nosotros con 16 años un viernes en la tarde.

Movimientos e iniciativas como estas parecen encender un poco la esperanza en el futuro, en especial cuando las presentes y futuras generaciones compartimos y compartiremos los mismos escenarios, lo que hace un llamado a empoderarnos de la agenda y aportar desde acciones locales concretas en nuestros espacios habituales como es el hogar, la oficina, el colegio, la universidad, entre otros.

Asimismo, una de las mayores conclusiones de esta movilización global, es la importancia de además, tener una correlación por nuestras apuestas de mitigación y adaptación en nuestro diario vivir, la importancia de comprometer, vincular y trabajar de la mano con los gobiernos. Estas marchas, posicionan el tema de cambio climático en la opinión pública local y son cruciales para establecer la forma cómo la juventud desarrollará y empoderará nuevas visiones de sostenibilidad de forma organizada.

Un ejemplo de ello fue en Perú, quienes, se unieron a esta masiva movilización en las calles de diferentes ciudades posicionando en medios de comunicación sus exigencias, tales como la defensa y ratificación de los derechos de las futuras generaciones, la priorización de la adaptación en el debate nacional, la implementación del Acuerdo de París y su Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, sus siglas en inglés) y el cumplimiento de las medidas de mitigación planteadas por sector.

Estas exigencias, con una alta capacidad argumentativa y fundamentadas, se transformarán en una declaratoria que acercarán al Gobierno Peruano para comprometerlo en la lucha contra el cambio climático, para así también estimular el compromiso de otros actores, como el sector privado.

Por otro lado, en Cordoba, Argentina, se unieron a la marcha y llamaron la atención en cuanto no son solo las principales ciudades que exigen compromiso de parte del Estado. En Cordoba se solicitó control y cumplimiento de las leyes de presupuestos minimos ambientales y la efectiva acción climática en el marco de las recomendaciones dadas por el IPCC ( Panel Intergubernamental del Cambio Climático, sus siglas en inglés).

También de esta movilización, se conformó en diferentes ciudades nuevos colectivos ciudadanos que buscan defender diferentes iniciativas de acuerdo al contexto local. En Colombia, por ejemplo, se conformó a nivel nacional el colectivo Friday for the Future Colombia, quienes priorizaron la exigencia de un aire puro, cero deforestaciones, reducción del plástico y protección de los ríos. Lucha que no podrá quedarse en acciones simbólicas y a cambio tendrán que trabajar paralelamente en acciones de incidencia fundamentadas y aterrizadas frente a la complejidad de los territorios.

La marcha deberá transcender a acciones concretas y vinculatorias de todos los actores, si no querremos poner en riesgo el planeta tal como lo conocemos aún, y será una gran oportunidad para la región celebrar en diciembre la COP25 en Santiago de Chile, Chile, donde nosotros los jóvenes latinoamericanos, podremos seguir y manifestar nuestras apuestas de cumplir las metas establecidas para el 2030.

Nota de editor: Las diferentes experiencias recopiladas en este artículo, fueron compartidas por diferentes jóvenes que participaron y hacen parte de este nuevo movimiento que se está conformando en varios países de Latinoamerica.

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