Propuesta para las juventudes: Más poder en los gobiernos locales, menos soberanías nacionales y nuevas ciudadanías ampliadas para las migraciones

Por: Carlos David Carrasco Muro (Venezuela)

Mientras escribo estas líneas; 165 millones de estudiantes de la región son afectados por el cierre de los centros educativos; tenemos más de 22 millones de nuevos pobres; pueblos enteros enfrentan sequías sin precedentes en Chile, Bolivia y Brasil; desempleados en las islas del Caribe deambulan por las calles ante la falta de turismo; y las personas migrantes y refugiadas siguen atravesando altiplanos en Suramérica y muros en Norteamérica para conseguir una mejor calidad de vida. Esta es la fotografía del 2021. No hay que mentirnos, el panorama para nuestro futuro es desalentador, porque no solo se trata del COVID-19, se trata también de la emergencia climática, la violencia en todas sus formas y una profunda desigualdad que amenaza la estabilidad democrática de nuestros países.

Ante este contexto, no son pocas las voces con propuestas y banderas en favor de una recuperación que pueda cambiar el estado de las cosas, pero no deja de ser curioso, que la mayoría de estas propuestas vienen de los mismos grupos privilegiados de siempre. Con esto, no quiero decir que yo desprecie las voces técnicas o profesionales, pero claramente, si se quiere plantear un cambio real, las propuestas también necesitan venir de espacios mucho más plurales.

En ese sentido, considero que las juventudes tienen mucho que decir, pero sobre todo mucho que hacer por una recuperación sostenible. Hay un quiebre generacional ineludible que, no se puede seguir ignorando. La época de la concentración exacerbada del poder, la discrecionalidad de la información y la falta de paridad en las instituciones quedó atrás.

Aquí presentó algunas propuestas generales, que invito a que puedan ser tomadas por las generaciones más jóvenes con la finalidad de generar un cambio profundo en nuestra región; y así, anticiparnos a los desafíos venideros.

Más poder local para salvar la democracia

Para 2018, según estimaciones de las Naciones Unidas, no menos del 55% de la humanidad vivían en ciudades. Se espera que más del 68% de la población mundial habite las grandes urbes para 2050. El espacio de la política estará íntimamente relacionado al desarrollo de las ciudades ante esta concentración.

Por otro lado, para 2019 la encuestadora alemana Dalia Research y la Alliance of Democracies Foundation, afirmaron en su estudio Democracy Perception Index, que solo la mitad de la población mundial considera que su país es democrático.

Fuente: Dalia Research (2020)

Ante este panorama, donde la mitad de la población no cree que viva en una democracia y más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, existen grandes desafíos para nuestro futuro, ya que no solo las personas perciben que no viven en democracia, sino que la participación electoral, se encuentra estancada en muchos países, incluyendo la región de América Latina y el Caribe.

¿Cuál puede ser la propuesta desde las juventudes para este desafío? La respuesta es tan corta como complicada: Hay que redistribuir el poder de los gobiernos locales. Esto se trata de un proyecto que debe ejecutarse en varios flancos.

Primero, resulta urgente mayor participación de las juventudes como representantes políticos en los concejos municipales y las alcaldías. No basta con cuota de jóvenes parciales, se debe renovar de manera integral los sistemas políticos con un acento importante en juventudes y paridad. Si no existen mecanismos institucionales para que esto suceda, se debe generar la presión social para crearlos.

De igual manera, se debe innovar en la elección de ciertos cargos públicos, una opción puede ser a través del sorteo, una modalidad que estuvo íntimamente relacionada con el desarrollo de la democracia griega y que, ante la falta de credibilidad en los sistemas políticos actuales, esta podría ser una opción viable en los entornos locales.

Otro aspecto importante es que debemos hablar del gasto público. Un problema recurrente en la organización político-administrativa es la falta de consultas ciudadanas para determinar hacia donde se enfocan los recursos, si bien existen avances, a través de la construcción de presupuestos abiertos por parte de organismos como el International Budget Partnership, no se considera aspectos relevantes como la participación de las juventudes.

Esto no se puede tratarse como un hecho menor o simbólico, la realidad es que las responsabilidades por las decisiones de políticas fiscales para establecer una recuperación sostenible recaen en las generaciones más jóvenes, quienes, a través de su esfuerzo, trabajo e impuestos asumirán los costos y las deudas a mediano y largo plazo.

Si esto es así ¿Cómo no incluir a las juventudes en la toma de decisiones? Desde las legislaciones creadas por los concejos municipales, se pueden crear mecanismos permanentes de consultas a las juventudes con carácter vinculante, donde un porcentaje del presupuesto anual deba considerar la participación ciudadana para su aprobación. En el fondo son las juventudes, quiénes deben diseñar y construir las ciudades/municipios como espacio físico y político.

Menos soberanía nacional y más autoridades globales por la emergencia climática

En enero de 2021, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó un informe llamado Gobernanza Efectiva, más allá de la recuperación, se trata una recopilación de consultas a expertos de América Latina y el Caribe para una recuperación sostenible, uno de los aspectos más destacables es un principio sobre la “equidad intergeneracional y sostenibilidad ambiental como objetivos prioritarios”. Esto es uno de los temas más importantes de la actualidad, donde todos quieren decir que se preocupan por las próximas generaciones y el ambiente, pero realmente no están haciendo nada al respecto. Los niveles de contaminación, la producción de plásticos de un solo uso y la extinción de animales y plantas continua sin reparos.

Si realmente queremos que las próximas generaciones, todavía tengan un planeta donde vivir y poder buscar su propia felicidad, hoy es necesario que se tomen medidas más radicales, en cuanto a la sosteniblidad y para esto, uno de los aspectos más importantes a considerar, desde un punto de vista político y práctico es la reconfiguración de nuestras soberanías actuales, especialmente en cuánto a materia ambiental.

No es posible la equidad intergeneracional, cuando la decisión de un puñado de personas en determinados países, pueden afectar el futuro de toda la humanidad. Un ejemplo reciente de esta situación en la región, se puede ubicar en Brasil, entre la mitad de 2018 y la mitad de 2019, la deforestación en el Amazonas aumentó casi un 30% en relación al año anterior. Esto no solo afecta a este país, sino a toda la región de Surmérica. Por el lado del Océano Pácifico, se encuentra una pesca indiscriminada de embarcaciones chinas en las costas latinoamericanas, que están afectado a la fauna marina, causando un desquilibrio en todos los ecosistemas y en las economías de millones de personas. Los países de la región por seperado, no tienen la capacidad de responder a estas situaciones.

Pérdida de bosque primario en Brasil 2002-2019. Fuente: Global Forest Watch– BBC (2020)

Se requiere de una autoridad mundial, que pueda dictar políticas y acciones con una visión global para la sosteniblidad ambiental, donde las medidas propuestas se puedan aplicar a la mayor brevedad posible. Esta autoridad puede estar fiscalizada por un sistema abierto, que permitra verificar que las propuestas planteadas están basadas en evidencias cientificas.

Se debe actuar con la misma urgencia y ambición que hubo para conseguir vacunas contra el COVID-19. Si no se realizan medidas urgentes, el futuro de la humanidad estará comprometido ¿No resulta mejor adelantarnos y actuar con una mayor coordinación? ¿Serán los países capaces de ceder un poco de su soberania con tal de salvar el planeta? Aquí, las juventudes tienen un papel que jugar, los Fridays for Future es un ejemplo, pero solo debe ser el principio de presiones sociales y globales más contundentes.

Ciudadanías ampliadas con foco en los sectores vulnerables

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en el mundo existen más de 272 millones de personas migrantes, una cifra que va en ascenso desde 1980 y no hay señales que vaya a deternerse. Al mismo tiempo, la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ya señalaba en 2020, que 3.500 millones de personas en todo el mundo podrían verse obligadas a emigrar de aquí al 2070 por el aumento de las temperaturas, inclusive se habla de grandes zonas “inhabitables”, donde destaca gran parte de América Latina y el Caribe.

Fuente: Chi Xu – El Mundo (2020)

Ante este panorama futuro y considerando los grandes desafìos regionales actuales como la crisis humanitaria venezolana y la migración en Centroamérica, no resulta descabellado plantear la ampliación de los conceptos de “ciudadanía” como se conocencen actualmente. Si el cambio climático sigue avanzando, las migracaciones en grandes proporciones, no se harán esperar.

Lejos de las ideas transnochadas de construir muros para evitar que las personas ingresen a determinados territorios, una alternativa mucho más realista es la anticipación, a través del establecimiento de “ciudadanías ampliadas” que permitan una migración ordenada y segura.

Además, estas ciudadanías ampliadas deben considerar el ejercicio plenos de todos los derechos económicos y políticos; así como otorgar facilidades para que las personas, una vez establecidas en sus nuevos hogares puedan pagar impuestos sin mayores barreras de entradas; y así contribuir al mantenimiento de sus nuevos territorios

Para empezar con esta idea, se podría generar una “ciudadanía latinoamericana”, copiando un poco la política de la Unión Europea. Esto permitiría que millones de migrantes de nuestra región, obtengan un estatus legal y de reconomiento de sus derechos. No importa si viven en Tijuana, México o en Puntas Arenas, Chile, esta ciudadanía regional permitiría a las personas movilizarse con suficiente tiempo, ante las vicisitudes del cambio clímatico o en caso de alguna situación de inestabilidad política.

Hay que llegar a la singularidad de la política latinoamericana

En física se llama “singularidad” al punto de no retorno dentro los agujeros negros. En la política latinoamericana, necesitamos un punto de no retorno de los viejos vicios que no permiten nuestro avance como sociedad, estos vicios que siguen muy vigentes, sobre todo cuando se analiza como ha sido la gestión de las vacunas por COVID-19 en la región.

No me cabe la menor duda, que alcanzar esta singularidad dependerá de las juventudes, activas, movilizadas y especialmente dispuestas a participar en la política, no para mentener el estados de las cosas, sino para cambiarlas, ojalá de raíz.

Nos dirigimos a un mundo, donde las ciudades serán más relevantes que los países, pero que al mismo tiempo se necesitará de insituciones más grandes que los gobiernos nacionales para coordinar, no solo la emergencia climática, sino otras agendas transcedentales como la regulación de la Inteligencia Artificial o por qué no, la exploración espacial a gran escala. Se viene un mundo con las fronteras desdibujadas, donde la movilidad humana y de capitales será permanente.

Un mundo así puede ser el sueño hecho realidad para aquellas personas en  favor de sistemas democráticos y abiertos, pero puede ser la autentica pesadilla para aquellas elites que tienen miedo de perder poder. No será una situación fácil, pero si alguna ventaja podemos tener antes los grupos que se resisten, se trata del factor tiempo.

Las tareas de las juventudes sin importar la época es impulsar las transfomaciones, donde aquellas generaciones más viejas o tradicionales se resisten. Así ha pasado antes y así pasará en el futuro.

Este escrito es una invitación abierta para volvernos protagonistas de la época que vivimos, no somos simple espectadores y llegó el momento de movilizarnos.

*Este artículo fue seleccionado como uno de los mejores en el marco de la Convocatoria de escritos “Propuestas de resistencias latinoamericanas frente a las crisis del siglo XXI – 2021”

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