El patrimonio material e inmaterial de la Nación, ¿sujeto de patentes?: Caso de Colombia con la producción de panela

Por: María José Moreno Chimbí (Colombia)

La panela (conocida en otros países latinoamericanos como raspadura, rapadura, chancaca, atado dulce, piloncillo, empanizao, panocha o papelón) es el segundo sector agropecuario más importante de Colombia después del café. Esta cadena productiva genera 379 mil empleos directos y 500 mil empleos indirectos anuales en 29 de los 32 departamentos del país en más de 350 mil familias. Sin embargo, su aporte para el bienestar social ha sido insuficiente para que el gobierno nacional le dé el valor que merecen los productores del país. Las situaciones que se han presentado año tras año, como  las políticas higienistas promovidas por el neoliberalismo que querían darle fin a la producción artesanal de panela, han vulnerado los derechos de las familias paneleras  y  generado movilizaciones en todos los departamentos del país.

El marco normativo del sector panelero refleja a lo largo de la historia en el país estos conflictos de manera palpable. La Ley 40 de 1990, si bien se creó con el fin de proteger a los productores más vulnerables y lograr el desarrollo dentro de los cultivos de caña de azúcar, a lo largo de los años fue generando un descontento ya que no cumplió las expectativas de los actores a los cuales se pretendía proteger. Esto generó, además, el aumento de brecha social por el abandono estatal; se afectó el ciclo comercial aumentando la injerencia negativa de los intermediarios, llevándose estos un alto porcentaje de la ganancia, al punto de que los paneleros priorizan las transacciones de ventas sin medir sus verdaderos costos en aras de cubrir su sustento diario.

Esto generó, además, el aumento de brecha social por el abandono estatal; se afectó el ciclo comercial aumentando la injerencia negativa de los intermediarios, llevándose estos un alto porcentaje de la ganancia, al punto de que los paneleros priorizan las transacciones de ventas sin medir sus verdaderos costos en aras de cubrir su sustento diario.

Posteriormente en el año 2019 se aprobó la Ley 2005 del 2019. Esta ley ahondo aún más la problemática del sector panelero ya que entre otros impactos negativos permitió importaciones de gran cantidad de panela de otros países que al día de hoy son una realidad que aqueja al sector. Por otro lado, apalanco lo que ha sido noticia en prensa nacional y redes sociales en las últimas semanas que corresponde a la solicitud que radicó el sector privado a la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) para el otorgamiento de una patente para la producción panelera,  en menoscabo de todos los colombianos y del patrimonio material e inmaterial de la Nación.

Específicamente, el 8 de abril del año en curso el señor Jorge Enrique Gonzales Ulloa presento dicha solicitud. El documento entregado trae consigo 14 reivindicaciones, de las cuales, 10 de ellas hacen parte del proceso de elaboración de panela y derivados, por lo cual hace que carezca de novedad teniendo en cuenta que el proceso de elaboración de panela está arraigado a la cultura e historia de Colombia. El producto de este proceso de solicitud de patente lo denomino Polycane, en el cual, varias voces evidenciaron que no tiene nivel inventivo puesto que resulta ser panela pulverizada y miel.

De esta situación, preocupa los actuales cargos que ocupa el solicitante. El Señor Ulloa, accionista del ingenio azucarero Riopaila Castilla y nieto de los fundadores (uno de las empresas más grandes de azúcar en Colombia), lleva a pensar que la gran industria azucarera busca coaptar estos derechos que les corresponde a todos los colombianos a través de solicitar derechos de intereses particulares en la solicitud de esta patente; muy seguramente originada por la tendencia del mercado de abandonar el azúcar dentro de la alimentación regular, por los indudables efectos a la salud humana.

De aprobarse este tipo de solicitudes, se reflexiona sobre los efectos sociales negativos que puede traer,  puesto que el 95% de la producción proviene de comunidades campesinas, afro e indígenas, lo que generaría que por defender derechos de un particular, dejara sin sustento estas familias; las cuales tendrían que buscar otras fuentes económicas, como los cultivos ilícitos, con alta probabilidad de aumentar la frontera agrícola con grandes repercusiones ambientales como la deforestación (donde se estima que durante los últimos 34 años más de 7 millones hectáreas de bosques se han perdido en Colombia) . Es evidente que no han puesto a consideración los conocimientos tradicionales del sector panelero, los cuales son valiosos para enfrentar los retos socio ambientales que presenta el mundo.

…las cuales tendrían que buscar otras fuentes económicas, como los cultivos ilícitos, con alta probabilidad de aumentar la frontera agrícola con grandes repercusiones ambientales como la deforestación (donde se estima que durante los últimos 34 años más de 7 millones hectáreas de bosques se han perdido en Colombia)

La producción panelera es una forma de producción tradicional que ha sido transmitida de generación en generación constituyendo un legado cultural y ancestral de las familias que hacen parte de este sector. Si viéramos la producción como algo más que un tema de comercialización industrial, se puede comprender la importancia del proceso al relacionarlo con el núcleo social comunitario de las poblaciones y su identidad.

La problemática descrita y que preocupa a los productores de panela pone en evidencia más aún en esta coyuntura vivida la necesidad de que el Gobierno Colombiano implementé políticas que favorezcan el campo para entrar a competir verdaderamente en el mercado interno y externo. Es importante aportar a la tecnificación del sector panelero y generar un verdadero trabajo social en sus comunidades asociadas en pro de desarrollar unas instituciones que permitan la comprensión efectiva de los procesos productivos y comerciales en las poblaciones paneleras y que generen efectivo valor público. En ese sentido es importante la formulación de una ley que parta de las necesidades reales del gremio panelero y que facilite el cierre de brechas de las problemáticas identificadas, algunas de ellas mencionadas en este artículo.

Finalmente, de nada sirve el mejor diagnóstico de problemas, de nada sirve evitar que la patente sea una realidad y de nada sirve formular la mejor ley, si no propendemos por generar verdaderos procesos colectivos y de apropiación del territorio por medio de la asociatividad. La acción colectiva, es el eje rector que permite instaurar modelos de apropiación cultural para generar el bien común de los asociados e impulsar procesos de gobernanza de los recursos naturales, incluidos los alimentos. Es por esto, que lo anterior debe ser defendido y ratificado en las políticas públicas, teniendo como propósito fortalecer por medio de herramientas y financiación el bienestar de las comunidades en todos sus niveles sociales.

Foto tomada de: Agronegocios Uniandes

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